PAMPLONA
Isaac Fonseca, con un palco dadivoso a favor, conquista a lo grande Pamplona
El azteca reaparece cortando cuatro orejas en el primer festejo de la Feria del Toro. Vuelta a un novillo de Pincha y oreja para Alarcón.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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1.089 días después, la centenaria plaza de toros de Pamplona volvió a ver salir un animal bravo por su puerta de chiqueros. Y lo hizo con un coso que casi se llenó al reclamo de la tradicional novillada que da inicio al ciclo sanferminero.
Abrió plaza y feria un novillo de Pincha de fue de más a menos. Tras dos tandas a derechas en las que Jorge Martínez corrió la mano con temple y expresión, el animal del hierro navarro echó rápido la persiana. A izquierdas fue más complicado todo. El novillo redujo revoluciones y el murciano distancias. Hubo una voltereta por la falta de espacios, aunque sin consecuencias. Con el descabello, Jorge tardó en verlo.
El cuarto fue tan feo de hechuras como deslucido de comportamiento. Muy firme y seguro estuvo el novillero. No le importaron las coladas que sufrió o la desclasada embestida de su oponente. Esa actitud le hizo firmar dos tandas al natural de notable trazo. Ajuste y toques precisos para conducir con sometimiento la embestida del de Pincha. Pero un espadazo en los blandos emborronó lo hecho anteriormente.
Tuvo hechuras de toro el primero del lote de Isaac Fonseca, que reaparecía sin haber pasado ni dos semanas de su cornada en el gemelo y la fractura de mandíbula sufridas en Las Ventas. Se picó con Alarcón en quites. Por gaoneras éste. Por saltilleras y gaoneras el azteca. El utrero, que derribó en varas, sacó casta y humillación en el último tercio. Fonseca lo vio pronto y tras un inicio emocionante de rodillas, se incorporó para torear con mando y trazo. Faena basada en la mano derecha que tuvo sus guiños a unos tendidos que respondieron a la apuesta del novillero. Se resistió el animal en caer tras una estocada caída que parecía que iba a tener más muerte. La petición estaba al límite pero, sorpresivamente, el palco asomó del tirón el doble pañuelo blanco para el torero y el azul para premiar al novillo del hierro navarro.
Muy por encima estuvo Fonseca del quinto, un animal sin entrega al que pasó con sitio y soltura por ambos pitones. Y como siempre, algunos pases de cara a la galería en el final de faena para no perder la conexión con los tendidos, que le jalearon todo. Se fue tras de la espada dejando una estocada arriba de la que salió rodado el novillo y por la que obtuvo dos nuevos apéndices.
Poca suerte tuvo Álvaro Alarcón con su primero, un novillo descastado y orientado que le volteó cuando le pasaba por el pitón derecho. Iba y venía sin entrega. Pese a ello, el toledano intentó torearlo como si el animal fuese bueno. Sin embargo, la apuesta no tuvo premio por el deslucido comportamiento de su oponente. Lo pasaportó con habilidad.
El sexto le perdonó la vida literalmente a Félix Delgado a la salida de su par de banderillas. Se trastabilló el subalterno, que cayó entre las tablas y el estribo. El capotillo de San Fermín hizo su primer milagro de la feria. Después la faena de Alarcón tuvo poca historia. El novillo se movió sin gracia ni sal y la faena del novillero no pasó de voluntariosa. Solo las luquesinas finales elevaron el tono del trasteo. Un pinchazo y una estocada casi entera perpendicular desembocaron en una petición de oreja que atendió el dadivoso palco presidencial.
Pamplona, martes 5 de julio de 2022. 1ª de Feria. Más de tres cuartos de plaza.
Novillos de Ganadería de Pincha, bien presentados pero muy desiguales de hechuras. De comportamiento descastado y deslucido a excepción del encastado y humillador segundo, ”Soñador”, número 7, premiado con la vuelta al ruedo.
Jorge Martínez, silencio y silencio.
Isaac Fonseca, dos orejas y dos orejas.
Álvaro Alarcón, silencio y oreja.