3ª FERIA DE SAN ISIDRO

Javier Cortés, una oreja con aroma a rosquillas del Santo

El diestro madrileño cortó una oreja a un importante toro de El Pilar. Campos se mostró muy desdibujado y Espada estuvo a punto de escuchar los tres avisos en el sexto.

Javier Cortés con la oreja cortada este martes en el tercer festejo de San Isidro

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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La ovación tras el paseíllo fue para Javier Cortés. Aún en la memoria el percance en el ojo que sufrió en este ruedo en el ya lejano septiembre de 2019. Madrid y su afición no fallaron al recuerdo a quien se tuvo que enfrentar en primer lugar con ‘Bastardero’, un toro de El Pilar bien hecho que hizo una interesante pelea en varas y al que lidió de forma perfecta Antonio Molina. Tuvo nobleza y buen son el toro del hierro salmantino. Y mando la derecha de Cortés en los primeros compases de la faena. La media distancia era la que demandaba el astado. Al natural hubo una tanda notable. Se salía más de los vuelos el toro. Después rebajó revoluciones el toro por este pitón y volvió a la diestra el madrileño. Ahí llegó la tanda más rotunda. Ligazón, mando y hondura. Y el toro respondiendo. Con un final de cercanías terminó de apurar los viajes antes de enterrar la espada en su totalidad. De manual el volapié aunque el toro, encastado hasta el final, se volvió a incorporar tras el estoconazo. Cuando se derrumbó, cayó patas arriba. La oreja fue premio cabal a lo realizado y reivindicación para el puesto aún vacante del próximo 15 de mayo, día de San Isidro, Santo Patrón de la Villa y Corte.

Tuvieron ajuste las chicuelinas que sopló Cortés al cuarto. Y aromas a Chenel la media acinturada con la que abrochó el quite. Había que pulsear la embestida para mandar después sobre ella, ya que no terminaba de salirse el toro de la muleta. A izquierdas llegó una tanda larga y mandona. Le costaba romper de verdad a la faena. Regresó a la zocada, mas el toro ya había echado la persiana, moviéndose más cansino y sin el mismo celo inicial. Esta vez no hubo la misma eficacia con el acero y todo quedó en silencio.

Derechazo de Javier Cortés a Bastardero, el toro de El Pilar al que cortó una oreja

Derechazo de Javier Cortés a 'Bastardero', el toro de El Pilar al que cortó una oreja

Se ovacionó de salida a ‘Mirilla’, el ofensivo y cargado de kilos que hizo segundo. Más despegado del piso, pero sin perder el tipo de la ganadería. Se movió con bondad en el último tercio. Tomás Campos, que ya toreó el pasado Domingo de Resurrección en Madrid, no terminó de estar a gusto delante de él. Muchas dudas y pasos atrás. Por el lado izquierdo el toro se desplazaba con claridad, pero quien no lo vio claro fue el torero y el aficionado se dio cuenta de ello. Un feo bajonazo bajó aún más la nota media del conjunto.

No remontó el torero de Llerena con el simplón quinto, que iba y venía pero que dijo poco en el tercio de muleta. Quiso alargar su quehacer Campos pero no terminó de convencer al respetable, que se lo reprochó. Pegó un mitín con la espada como colofón a una tarde para el olvido.

“Resistente” se llamó el tercero. Añoranzas de aquel que, con el mismo nombre y varios premios a sus espaldas, lidió Matías Tejela en el San Isidro de 2005. Estrecho de sienes, acodado y ofensivo por delante. Pasó sin pena ni gloria por los primeros tercios y cuando Francisco José Espada tomó la muleta salió a flote la mansa condición del astado. Pero ojo, que esa mansedumbre venía con un fondo de casta de serie. El de Fuenlabrada se lo sacó a los medios para evitar la huida y le dejó la muleta puesta para evitar la bandera blanca del toro, que cuando tomaba el engaño lo hacía colocando la cara con muy buen aire. Traía nervio al natural el pupilo de Moisés Fraile. Se quedó por las afueras Espada y eso en Madrid es motivo de toque de atención. Volvió a la derecha, pero aquello no alcanzó las cotas anteriores. Sonó el aviso antes de las bernadinas finales y del espadazo contrario del que salió el torero rebotado y el toro rodado. Seria la imagen del diestro madrileño, que se quedó a las puertas del trofeo ya que la petición no terminó de cuajar.

Un kilo le faltó al sexto para alcanzar los seiscientos kilos. Ofensivo por delante y alto de cruz, algo que no le impidió después humillar para tomar los engaños. Pese a su falta de chispa, se dejó en el último tercio. Espada volvió a mostrar su temple innato y ese concepto vertical que le acompaña desde novillero y al que sigue siendo fiel. La faena se desarrolló de forma pulcra y digna, sin levantar pasiones en unos tendidos ya fuera del devenir del festejo. Un arrimón final levantó cierta división entre los tendidos entre quienes agradecieron el esfuerzo y lo que demandaban que ya estaba todo visto. La estocada viajó desprendida y tendida y hubo de utilizar el descabello. Algo que no hizo con eficacia, llegando a escuchar dos avisos con el tercero rozando el larguero. No hubiese sido un final justo para una actuación más que digna.

Madrid, martes 10 de mayo de 2022. 3ª de Feria. Menos de media plaza (10.444 espectadores segúnla empresa)

Toros de El Pilar, bien presentados, aunque de desiguales hechuras. Encastado y noble el primero, ovacionado en el arrastre; un segundo manejable; manso encastado el tercero; un cuarto noble aunque sin terminar de soltarse; un quinto simplón; manejable pero soso el sexto

Javier Cortés, oreja tras aviso y silencio tras aviso.

Tomás Campos, silencio y silencio tras aviso.

Francisco José Espada, saludos tras aviso y silencio tras dos avisos.

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