1ª FERIA DE COLOMBINAS
Javier Zulueta, con tres orejas, se lleva de calle la novillada de las Colombinas
Gran imagen del sevillano que sale a hombros. Más voluntad que acierto de los locales Toro y Tirado.
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Abrió plaza un novillo de Pereda tan flojo como manejable al que Javier Zulueta lanceó con gusto y compás a la verónica. Esa blandura se evidenció en el último tercio con la tendencia a soltar la cara en los embroques. El sevillano le puso asentamiento y temple para limar ese defecto. Al natural llegaron los mejores pasajes de un trasteo que concluyó de una estocada. La oreja compensó el conjunto.
Dos más paseo del noble y enclasado cuarto, al que Zulueta toreó con limpieza y notable expresión. Siempre bien colocado y tirando con profundidad de las buenas embestidas del novillo. Tras otra estocada entera, aseguró la salida a hombros.
Enrique Toro evidenció su falta de oficio ante un novillo rajado de Pereda que antes de huir a tablas tuvo diez arrancadas potables que el onubense aprovechó por el pitón derecho. Después, en tablas, se echaron en falta los lógicos recursos tanto con la muleta como con la espada. Fue silenciado.
El quinto fue otro animal que buscó los adentros en el inicio de faena pero que tuvo bondad cuando tomó los engaños. Toro dejó algunos muletazos de buen trazo dentro de un conjunto desigual.
El también onubense Carlos Tirado se las vio en primer lugar con un ejemplar de floja y descastada condición al que toreó con buen aire por ambos pitones. Alargó la faena en exceso y eso le costó después un mal rato con la espada.
Con el sexto se repitió la historia. El mansito de Pereda se movió sin clase ni estilo y, pese a la voluntad de Tirado, todo lo echó por la borda con la espada estando a punto de sonar los tres avisos.