1ª FERIA DE SAN LUCAS
Juan Ortega, otra historia en Jaén
El torero sevillano cortó dos orejas tras firmar la mejor faena del primer festejo de la Feria de San Lucas. Dos trofeos también paseó Curro Díaz y un más Enrique Ponce.
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Se rindió homenaje a Enrique Ponce tras romperse el paseíllo del primer festejo de la Feria de San Lucas. Valenciano pero con muchas vinculaciones con Jaén y su tierra. Sus paisanos ‘postizos’ no quisieron pasar la oportunidad de reconocer los treinta años de alternativa del torero valenciano.
Ponce lidió en primer lugar un animal con más movilidad que entrega y que pareció tener algún defecto en la vista cuando tomaba los engaños por el pitón izquierdo. Por ello, el diestro de Chiva basó su faena por el lado derecho. Labor larga y de intensidad creciente en la que sobresalió la técnica de Ponce. Hubo un pinchazo antes de agarrar una estocada casi entera y caída. Saludó una ovación.
Ponce brindó la faena del endeble cuarto a su cuadrilla. Tuvo el bonito gesto de sacar también a Mariano de la Viña, convaleciente aún del gravísimo percance sufrido ahora hace un año en Zaragoza. La labor del valenciano tuvo primero un quehacer de enfermero, intentando mantener en pie la feble embestida de su oponente. Después llegaron varias tandas a derechas de buen y limpio trazo. Sin obligar al toro, siempre a media altura. Por último, se gustó en varios muletazos al ralentí cuando el toro se rajó en tablas. Un pinchazo y una estocada trasera y caída no impidieron que Ponce sumase la última oreja de su temporada.
Manseó y no tuvo buena lidia el primer toro del lote de Curro Díaz. Éste de Victoriano del Río iba y venía sin humillar nunca. Inteligente el torero de Linares, que primero lo supo encelar y después, llevar a su altura muy templado. Una tanda al natural mediado el trasteo, fue la más lograda. Pero no estuvo fino con la espada y su actuación fue ovacionada finalmente.
El quinto, que tampoco humilló como todos sus hermanos de camada, al menos tuvo cierta acometividad en el último tercio. Sin finales, pero al menos quería coger los vuelos de la muleta de Curro Díaz. El linarense toreo con fibra y lo adobó todo con su particular estética. Una estocada perpendicular y desprendida dieron paso a la concesión de un amable doble trofeo.
Largo fue el parlamento con el que Juan Ortega brindó su primer toro a Enrique Ponce, y corta la faena al toro de Victoriano. Un astado que se movió brusco y sin estilo alguno que no le permitió armar faena. Pinchó antes de dejar una estocada perpendicular y desprendida que tuvo mucha muerte.
Cuando la tarde parecía que se iba a ir en blanco para Juan Ortega, salió el sexto. El único toro de hechuras armónicas del envío del hierro madrileño. Y no fallaron. Ni toro ni torero. Tuvieron buen aire las verónicas de recibo y compás las chicuelinas del quite durante el segundo tercio. El inicio de faena, por ayudados a dos manos, tuvo sabor y torería. Y después llegó lo mejor. Tandas de ralentizado trazo, imprimiendo temple con las muñecas y una estética nada afectada. Además, con una pureza y un ajuste tremendo. Agarró la estocada al segundo intento y a sus manos fueron a parar las dos orejas. Con la euforia desatada, se llegó a conceder la vuelta al ruedo al toro de Victoriano del Río.
Jáen, sábado 17 de octubre de 2020. 1ª de Feria. Casi tres cuartos del aforo permitido.
Toros de
, bien presentados aunque de desiguales hechuras. Conjunto bajo de raza y sin humillar en conjunto. Destacó el noble sexto, premiado con la vuelta al ruedo.
Enrique Ponce, saludos tras aviso y oreja tras aviso.
Curro Díaz, saludos y dos orejas.
Juan Ortega, saludos y dos orejas.