MADRID

Las Ventas vuelve a la vida con dos grandes faenas de Ventura y El Juli

El festival del Dos de Mayo supuso el regreso de los festejos taurinos a la Comunidad de Madrid y demostró que la Fiesta sigue viva.

Extraordinario natural de El Juli al toro de Garcigrande que ha lidiado este domingo en Las Ventas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Seis mil espectadores al reclamo del torero. De la vuelta a la vida en la plaza de referencia del mundo taurino. Las Ventas volvía a abrir sus puertas diecinueve meses después para volver a escuchar el sonido de los clarines y timbales, de recordar a todos aquellos que ya nos acompañan por culpa del maldito virus y este domingo habrán estado viendo el festejo desde esa andanada del cielo. Y con un comportamiento exquisito de todos aquellos que acudieron al coso madrileño. Una demostración más del saber estar de los aficionados a los toros.

La Comunidad de Madrid hizo posible un festejo para recaudar fondos destinados a esos sectores del toreo tan maltratados durante los meses de inactividad que ha puesto contra las cuerdas al mundo del toro. Loable esfuerzo y apuesta.

Y para celebrar el regreso a la vida taurina en Las Ventas, un cartel de figuras y una joven promesa que dieron lo mejor de sí pese a que no acompañó del todo el ganado elegido. Dos triunfadores claros, Diego Ventura a caballo y El Juli a pie. Dos maestros que firmaron dos actuaciones memorables e hicieron retumbar de oles al coso madrileño.

Ventura lidió como abreplaza a un notable ejemplar de Capea al que banderilleó con exposición y ceñimiento a lomos de ‘Lío’ en unos quiebros imposibles. También sin cabezada montando a ‘Fabuloso’ y, por último, en una cortas con ligazón con el jovencísimo caballo llamado ‘Guadiana’, con el que dejó un rejón de muerte certero. Cayeron las dos orejas.

El Juli firmó una actuación despaciosa de principio a fin. Una evolución más en una carrera inagotable. El madrileño toreó con una cadencia inaudita con el capote y después aprovechó la gran nobleza y clase de un notable toro de Garcigrande para firmar una faena de una rotundidad indiscutible. Al natural brotando naturales de profundo y ajustado trazo, ralentizando la embestida del toro hasta cotas pocas veces vista. El temple y el mando al servicio del toreo. Un cambio de mano ligado a un natural eterno elevó la intensidad del olé que brotó en los tendidos. Y una estocada final que desembocó en el doble trofeo para El Juli.

El resto del festejo estuvo lastrado por la escasez de fortaleza de los ejemplares lidiados. Enrique Ponce vio como se devolvía tanto al titular de Juan Pedro Domecq como al primer sobrero del mismo hierro. Se improvisó como segundo sobrero un astado de Capea también blando con el que el valenciano tiró de técnica y temple en un faena pulcra y reposada.

José María Manzanares lidió un cuajado y serio ejemplar de Toros de Cortés que tuvo aspereza en sus embestidas. El alicantino tuvo que tragar saliva y ponerse el mono de trabajo ante un ejemplar que en cuanto veía hueco se metía por dentro y no terminaba de salirse de la muleta. A base de obligarlo por abajo rebajó los humos del toro, que nunca de terminó de entregar. Amarró una oreja tras una estocada.

Miguel Ángel Perera se las vio con un toro de Fuente Ymbro al que inició faena con sus clásicos pases cambiados por la espalda aunque esta vez de rodillas. Tuvieron mérito por la velocidad que traía el animal. La faena, que tuvo ligazón y rotunidad en el primer tramo, decayó cuando al pupilo de Ricardo Gallardo se le acabó la gasolina. Tras un espadazo paseó una oreja.

Paco Ureña reseñó un toro de Vegahermosa que embistió siempre a su aire, sin querer humillar ni empujar las telas hacia adelante. A base de colocación y toques precisos, el murciano logró varios naturales bien trazados y rematados. Pero todo fue a menos y tras dos pinchazos antes de la estocada, Ureña se fue de vacío.

El último ejemplar que saltó al ruedo ventaño fue un novillo de El Parralejo para el alumno de la Escuela Taurina ‘José Cubero Yiyo’ de la Comunidad de Madrid Guillermo García, al que se le rajó la taleguilla tras las dos largas cambiadas que ‘sopló’ de salida. Muy firme el joven novillero, que brindó a sus compañeros de cartel y vio cumplido su sueño de torear en Las Ventas dejando una buena imagen. Firme y dispuesto, llegó a ser volteado hasta en dos ocasiones por las ganas que le puso. Un novillero, en novillero. Paseó una oreja como recompensa.

FICHA DEL FESTEJO

Madrid, domingo 2 de mayo de 2021. Lleno sobre el aforo permitido.

Toros, por este orden, de Capea para rejones, de buen juego; Capea (2º tris), manejable pero flojo; Garcigrande, noble y enclasado; Toros de Cortés, serio y exigente por complicado; Fuente Ymbro, manejable pero a menos; Vegahermosa, sin entrega; El Parralejo, manejable.

El rejoneador Diego Ventura, dos orejas.

Enrique Ponce, silencio tras aviso.

El Juli, dos orejas.

José María Manzanares, oreja.

Miguel Ángel Perera, oreja.

Paco Ureña, silencio tras aviso.

El novillero Guillermo García, oreja.

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