López Chaves se despide de los ruedos con honores, con un Juli magistral en Salamanca

Al terminar el paseillo Domingo López Chaves salió al tercio a recoger una calurosa ovación en una tarde con ambiente triunfalista en Salamanca.

Gran ejemplar de Puerto de San Lorenzo, que abría la corrida concurso de ganaderías, "Cartuchero", que derribó con estrépito el caballo que montaba Javier Román y empujó el de Puerto con la cara abajo en el peto.

Un bravo ejemplar con excelente recorrido por ambos pitones, muy fijo en la muleta del ledesmino que propició una faena cimentada en el temple y la ligazón iniciada de rodillas, corriendo bien la mano por ambos pitones, con el compás muy abierto Chaves, aunque le faltó rotundidad y ajuste, cariñoso el segundo trofeo.

Embistió con todo en el caballo el otro Lisardo-Atanasio, de José Enrique Fraile de Valdefresno, tercero de la tarde, muy aplaudido de salida, imponente su estampa.

Se agarró muy bien Héctor Piña cobrando un severo puyazo, sangrando hasta la pezuña. "Lirio" llegó al último tercio con movilidad, algo rebrincando en su embestida, faena de menos a más de Chaves, destacando en el tramo final una varias tandas reposadas sobre la diestra.

Con el quinto, de Carmen Lorenzo, que galopó en el segundo puyazo, mostró eficacia Ángel Rivas.

Chaves salió nuevamente a por todas, con la entrega que le acompañó en toda su trayectoria como torero, de rodillas la apertura, siendo aparatosamente cogido. Volvió a ponerse de igual forma en el mismo sitio como si nada, muy encorajinado, vergüenza torera.

De pastueña embestida el murube de Capea, al ralentí, Chaves se gustó sobre la derecha toreando muy despacio. Al echársela a la izquierda fue nuevamente cogido, continuó sin pestañear. Faena cargada de emotividad, en la que el torero se abandonó por momentos, y de sobresaltos.

El de Garcigrande, lidiado en segundo lugar, cogió en banderillas, al tropezarse a la salida de un par a José Núñez "El Pilo", en el muslo derecho, pasando a la enfermería.

Por su parte, faena resolutiva e intensa de El Juli a un toro que repetía en la muleta, todo se lo hizo el madrileño en un palmo de terreno.

El cuarto de Domingo Hernández hizo mala pelea en varas, queriéndose quitar el palo. Inició la faena con muletazos de costadillo mientras El Juli fue metiendo al castaño en la canasta, tapando las carencias del animal, en una faena en la que predominó el fondo sobre la forma, a base de técnica.

Con el que cerraba de feria de García Jiménez, El Juli no quiso ser el convidado de piedra, recibió al toro con una larga cambiada, para lancear con encaje a la verónica. Galopó en el caballo "Ateo" y en el capote.

Formó un lio en el quite por "Lopecinas", muy espoleado cogió las banderillas poniendo la plaza en pie.

Bravo y con recorrido embistió el de "Matilla", El Juli le formó un alboroto, se lo dejó venir de lejos, casi en los medios. Ritmo, temple ligazón, firmando la que sería la faena de la tarde. A placer por ambos pitones, dando una lección magistral, como colofón a una gran tarde de toros aunque excesiva la concesión del máximo trofeo.