ESTADÍSTICAS
Marca Matilla, cuatro años de dominio
Analizamos la influencia de la Casa Matilla en la confección de ferias y carteles en las últimas cuatro temporadas.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Números y datos no ligan bien con el toreo. Grandes faenas alejadas de grandes números son las que ilustran varios siglos de liturgia. Toreros, apoderados, empresarios y ganaderos ponen en juegos sus virtudes para disfrute del que paga. Y en ese póker, siempre ha habido gente honesta y personajes abominables. La facilidad con la que, últimamente, se juzga a uno de los mandamases de la fiesta resulta, a veces, deplorable. Se hace sin datos y atendiendo a comentarios de falsos líderes de opinión taurina.
Es fundamental someterse a los datos. Teniendo claro que esto es un negocio. Porque sí, porque el toreo es un arte, pero es, en definitiva, una industria lucrativa para absolutamente todos. ¿Buena o mala? Según con quien hablemos. O mejor, investiguemos. Desde el fatídico 14 de octubre en el que Talavante anunció su retirada se han dicho y escrito cantidad de vituperios. Todos, sin contrastar con unos datos que lo atestigüen.
Se ha tildado al empresario Antonio García Jiménez, a saber Toño Matilla, de “mafioso”, de ser “el Maquiavelo de los toros”. Se le ha acusado de estar en una posición “cuasi monopolística” en el mundo del toro y de “abusar de una posición dominante”.
Del mismo modo, dando réplica a las hablillas, el propio Toño salió de su letargo mediático para dar la cara y tratar de callar bocas. Habló de “falsedades e informaciones no contrastadas por todas o algunas de las partes”. Con su particular modestia, aseveró que Talavante no era el número uno porque “no lo reflejaba en taquilla”. ¿En qué taquilla? Del mismo modo, criticó su “obstinación por renegociar contratos” en, por ejemplo, Pamplona, incluso 24 horas antes de publicarse los carteles.
Surgen, pues, muchas preguntas. Contestadas por casi todas las partes y basadas y contrastadas en papel de fumar. Vayamos a los datos. Sitúense en el inicio de la temporada de 2015. Un año y medio antes del fichaje estrella de Matilla, Alejandro Talavante. Desde el primer festejo de ese 2015 en Olivenza hasta el del pasado 20 de octubre en Jaén, se han celebrado 1.217 festejos en cuatro temporadas en plazas de primera y segunda categoría en España, incluyo Olivenza por su repercusión.
De esos 1.217 festejos, 286 tienen, al menos, un torero o un toro marca Matilla. Esto es, un 23% de los festejos celebrados en plazas de 1ª y 2ª categoría en las últimas cuatro temporadas están bajo el yugo del imperio salmantino. Casi uno de cada cuatro.
Llama más la atención que alcance esas cotas con cuatro toreros y tres hierros. Talavante solo ha estado en sus filas dos temporadas –mitad de 2016, 2017 y mitad de 2018-, pero Padilla, Fandi y Manzanares son toreros jugosos para empresarios y públicos. Contando, además, el circuito de novilladas y corridas de rejones en los que, con los datos en la mano y sin especular con posibles chanzas o boicots, Matilla no tiene presencia alguna.
De esos 1.217 festejos, 616 se han celebrado en plazas de segunda, que son las que marcan el pulso y el estado general de las temporadas. 183 de esos festejos, un 30%, tienen acento Matilla. Es decir, en casi uno de cada tres festejos en plazas de segunda saca tajada. De esos 183 festejos, otro 30% lo domina él. Son 56 las tardes en las que Matilla ha ejecutado la fórmula de colocar dos de sus toreros, un torero y su ganadería y, también, tres toreros o dos y ganadería. Un negocio cuasi redondo.
A destacar plazas como las de Jerez, Jaén, Linares, Segovia, Valladolid, León, Melilla, Castellón y Palma de Mallorca. En las últimas cuatro temporadas, el 50% o más de los festejos celebrados en esos cosos tienen mayor o menor presencia de Matilla. Monopolizada Palma de Mallorca con una presencia total del empresario salmantino y dominadas en casi su totalidad Jerez, León o Melilla. De las 42 plazas de segunda españolas, solo cuatro no han recibido la visita del entramado de Toño. Cáceres, Plasencia, Vistalegre y Aranjuez han permanecido ajenas al sistema.
Saliendo del caso Talavante y ocupándonos solo de la influencia de Matilla, que invitó a corroborar a todo aquel que quisiera cómo se gestaron las negociaciones del torero extremeño con hasta 21 empresas, es interesante incidir en qué empresas gestionan y han gestionado, en este caso, las plazas de segunda en las últimas cuatro temporadas.
163 son las ferias –con algún festejo suelto- que se han organizado en cosos de segunda desde 2015 hasta hoy. 31 de ellas las ha organizado, solo o asociado, Matilla, un 19%. Una de cada cinco. Qué fácil es hablar cuando manejas el tinglado. Obviamente no es un monopolio, empresarialmente hablando, pero la influencia que ejerce en otras empresas resulta fundamental para entender por qué este empresario abarca la mayor parte de las plazas en relación con sus colegas, que, en muchas ocasiones, tienen que ceder ante la fuerza de Toño.
Matilla no ha vuelto, todavía, a la gestión de plazas de primera. Sus productos, en cambio, no fallan feria tras feria. 601 festejos son los que se han celebrado en cosos de primera en los cuatro últimos cursos. El 17% de esos festejos (103) cuentan con la presencia de algún torero/ganadería de la casa. En 26 de ellos, la representación es doble, destacando sobremanera la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
En 94 ocasiones, entre corridas de toros, novillos y rejones, se han abierto las puertas maestrantes desde 2015. 28 de ellas con Toño Matilla en el callejón y sus pupilos, de dos o cuatro patas, en el ruedo. Un asombroso 30% teniendo en cuenta que su relación con la empresa gestora es, al menos de manera oficial, estrictamente laboral.
La última temporada del veto de las figuras a la empresa Pagés (2015), los hombres de Matilla ocuparon un 20% del abono maestrante. En 2017, con el fervor sevillano otra vez por las nubes, toros y toreros de Matilla ocuparon 10 de los 23 festejos (43%). Esa temporada supuso el culmen de un patrón repetido en las tardes que Toño Matilla coloca a sus representados: todos, en días consecutivos. Entre el 2 y el 6 de mayo, actuaron sus toros y todos sus toreros. Cinco días para disfrutar de la feria y llenar el saco.
Ese patrón también lo ha impuesto en Las Ventas. Fue este año cuando, entre el 15 y el 18 de mayo, se anunciaron sus cuatro y únicas estrellas en San Isidro. Lógicamente, Madrid se escapa al control de los Matilla. 257 han sido los festejos que se han celebrado en la primera plaza del mundo desde 2015, 20 de los cuales dan cabida a toreros de la casa (8%). Además, con la excepción de Talavante; Padilla, Fandi y Manzanares no son toreros de Madrid –consentidos-.
El dichoso sistema, dicen, tiene también poder para abrir y cerrar según qué cancelas de según qué fincas. Y vaya si es así. En los 103 festejos en plaza de 1ª en los que estuvo presente Matilla, hubo 107 puestos ganaderos. Repartidos para tan solo 19 ganaderías. Bien, 15 fueron Domecq (79%), destacando los 24 encierros de Núñez del Cuvillo, los 13 de Juan Pedro Domecq y, cómo no, los 7 de la Casa Matilla.
No cabe duda de que Matilla lidera el sistema y que, además, incurre en una corriente conformista en la que los mismos toreros y las mismas ganaderías aglutinan el grueso de las ferias de 1ª y 2ª en España. Con el cambio de cromos Padilla-Morante y la baja de Talavante, se genera una expectación en visos de cómo afrontará la inclusión de los suyos en los carteles de 2019. En las cuatro temporadas analizadas, Padilla o Fandi han abierto cartel a Manzanares y Talavante en 55 ocasiones. ¿Pasará Morante por el aro de la imposición de Matilla o buscarán a un cabeza de turco que abra carteles?
La realidad es que Matilla tiene y ha tenido en sus filas a grandes baluartes de la tauromaquia de los últimos años. Llegó a estar presente en el mundo del rejoneo con Diego Ventura; hace 17 años entró de lleno en el circuito torista, en el que estuvo diez años hasta la cornada de Padilla en Zaragoza y conoce a la perfección el toreo de primera fila con Manzanares, Talavante y ahora Morante, y la tauromaquia más mediática con El Fandi. Apuesta siempre a caballo ganador.