1ª FERIA DE SAN ISIDRO
Más público y expectación que resultados en el descorche de la Feria de San Isidro
Vuelta al ruedo para Diego Urdiales y digna confirmación de alternativa de García Pulido. Morante, bien con la muleta y mal con la espada.
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La mejor respuesta a los ataques antitaurinos de los políticos. La libertad expresada en un cartel de 'No hay billetes' colgado en la fachada de la plaza de toros de Las Ventas. La Feria de San Isidro comenzaba este viernes con un ambiente por las nubes y los aficionados sacando pecho por su condición de serlo.
Quizá el lleno fue la nota más positiva de un festejo, el primero del ciclo isidril, que no terminó de despegar. Hubo muchos apuntes. Unos buenos, otros sublimes pero efímeros. Otros menos buenos. Mejor la primera parte de la corrida de Alcurrucén, la más fina de hechuras. Peor nota la segunda, sin romper, sin casta.
Abrió plaza y Feria 'Afectuoso' para que confirmarse Guillermo García Pulido. Misma ganadería que su alternativa en Valdemorillo cuando despuntaba la temporada. Misma la clase que desarrolló el toro de la confirmación que el de la alternativa serrana. Y eso que fue un toro abanto y mansito en los primeros tercios pero que se centró en hacerlo bien cuando llegó el de muleta. El toledano se puso pronto a derechas, por donde el toro se dio con bondad y claridad. Corrió la mano Guillermo con temple y mando por este pitón, ligando los muletazos y engarzando los de pecho. Pero al echarse la muleta a la zurda llegó la desconexión. Por este lado no hubo el mismo acople y la faena entró en una cuesta abajo que sólo remontó en la coda final por bernadinas. Tras una estocada desprendida se desató una petición que no llegó a mayoritaria.
El sexto cantó pronto su mansedumbre en el caballo. Después no regaló ninguna embestida potable y García Pulido no pudo rematar su tarde de confirmación.
Morante de la Puebla llegaba a Madrid tras un titubeante inicio de temporada. El ánimo que parecía no acompañarle este año pareció desvanecerse cuando el sevillano, paciente él, fue haciendo poco a poco a su incierto y frenado primero. Lo mejor llegó cuando se puso al natural. Firme la planta y firmes los toques fijadores. Dotó de una profundidad a los naturales que el toro parecía no tener. Alternó de pitón en cada tanda y quizá eso restó unidad al trasteo, ya que en redondo los muletazos no surgieron de la misma manera. Pero el fuelle del torero le llegó hasta ahí, porque cuando empuñó la espada hubo un apagón tremendo. A punto estuvo de escuchar los tres avisos. Solo un golpe de verduguillo después de un sin fin de pinchazos evitó el clarinazo definitivo. Lo que no evitó Morante fue la bronca que coronó su actuación.
El colorado que saltó en cuarto lugar hizo concebir alguna esperanza de remontada cuando el torero cigarrero firmó un sobresaliente inicio de faena pleno de gusto, estética y torería. Una trincherilla como coda hizo crujir a los tendidos. Pero el de Alcurrucén no dio para más. El fuerte castigo en varas hizo que el toro se parase demasiado pronto. Le quedan dos tarde a Morante en este San Isidro.
La primera vuelta al ruedo de la feria la dio Diego Urdiales con el buen tercero. Un animal que no se definió en los primeros tercios, pero al que algo atisbó el riojano cuando insistió en hacer un quite durante el tercio de varas. A la verónica, arrebujada la figura, con sabor a añeja torería. El diapasón no lo rebajó Diego cuando comenzó la faena de muleta a derechas casi sin tiempo a montar el engaño. La primera tanda de un ritmo ralentizado y profundo. Bramó Madrid. Pero la faena navegó con algunos altibajos después. No terminó de romper aquello pese a que hubo muletazos empacados por el pitón derecho. Tras una estocada cobrada con verdad, la petición no llegó a ser considerada como mayoritaria.
El quinto echó la persiana muy pronto y el torero de Arnedo lo pasaportó con dignidad.