ALBACETE

Molina y Hernández, a hombros con blanda y baja de casta novillada de Montealto

José Fernando Molina se despidió de novillero cortando tres orejas por dos de Víctor Hernández. Alarcón, de vacío.

José Fernando Molina y Víctor Hernández en su salida a hombros este lunes en Albacete

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Como en botica, hubo de todo por parte de los novilleros. El local José Fernando Molina se llevó tres orejas a casa, cimentando bien la alternativa que le espera en apenas tres días. Buenas sensaciones dejó Molina, mostrando que tiene mucha hambre y que vino a por todas. Víctor Hernández mostró la técnica y oficio que atesora y le acompañó en la salida a hombros. Álvaro Alarcón se fue de vacío y su lote no acompañó. Además, el palco estuvo generoso en la concesión de orejas.

Hablando primero sobre el triunfador numérico de la tarde, “Alamito”fue recibido a la verónica por Molina ganando pasos hacia los medios y yendo en línea ascendente la calidad de los lances. Tras un puyazo bien marcado por Daniel López, aunque sin emplearse el novillo ni castigar el picador porque consideraron que el novillo ya había mostrado su debilidad en un par de pérdidas de manos. Luego, tras un quite interruptus porque el “montealto” besó el albero antes de embestir, y tras unas efectivas banderillas, el astado siguió con su tónica de moverse con calidad pero cogido con alfileres en la muleta de Molina. José Fernando logró lo más enjundioso al natural por templado y ligado porque con la diestra primó el toreo circular e intermitente, también condicionado por la falta de motor, casta y fortaleza del oponente. Hubo ajuste en la faena, incluso en ocasiones puede que pasase de cercanías. Tras desplante, dejó media y un golpe de descabello. Se pidió y concedió una oreja de esas que se arrancan más que se cortan.

“Camaqueto” tuvo envidia de varios de sus hermanos y por eso tuvo el mismo comportamiento: deficiente en los primeros tercios. Tras afearle el brindis que Molina le estaba haciendo a su cuadrilla, el albacetense se fue a los medios para comenzar enfibrado por la diestra. Tiró del rebrincado novillo. Luego hubo varios enganchones con la derecha e inconexiomes al natural, dejando algunos ligados mostrando una superioridad apabullante con otros menos limpios. Después, el trasteo perdió fuelle al compás que el de Montealto enseñaba la bandera blanca. Mató de espadazo trasero con desarme para terminar echándose en tablas. La petición, ahora sí, fue unánime y rotunda. ¿De dos orejas? Con una de peso, de mucho peso, hubiera sido la medida correcta. Pero claro, al concederle el doble trofeo a Leal el otro día, tras una estocada muy defectuosa, el palco es presa de su propio criterio. Sirve como explicación pero no como justificación, pequeño y gran matiz al mismo tiempo.

“Carretilla” colaboró obedientemente en el capote de Víctor en unas verónicas con las manos algo elevadas. Peleó en tres tiempos en el peto, la última vez casi cara a cara con el caballo. Empujó, sí, pero sin poner nunca realmente en apuros al varilarguero. Tras un quite vistoso y variado con tafalleras y gaoneras, las banderillas se colocaron con algún par errado. Víctor lo toreó a media altura sin forzar, en ocasiones despegado y despidiéndolo hacia afuera. Varios enganchones y la falta de continuidad dejaron todo a medias. Quedó la sensación de que había más tinta en el novillo que las cuatro líneas que escribió Hernández. Se tiró a matar y aunque fue arrollado, gracias a Dios no pasó nada, dejó estocada delantera y caída que terminó escupiendo, golpe de puntilla, y obtuvo una oreja estadística.

“Veraniego” estaba más pendiente de otras cosas que del capote de Hernández. Entró al peto y tras un picotazo rectificado, empujó con un pitón en una vara de trámite. Otro formulario en banderillas y ya en la muleta, demostró ir sobrado de técnica para construir una faena donde no hubo el último tramo de los muletazos, lo que dejó todo en una tibia corrección. Además, el utrero cada vez se rajaba más y más, lo que fue otro palo en la rueda de en un carro que nunca pasó de ir al tran-trán. Mató de estocada delantera y un descabello. Se pidió y concedió una oreja por parte de la presidenta Genoveva Armero tras minoritaria petición. Porque petición rotunda e indiscutiblemente mayoritaria no hubo. ¿Saben de esas situaciones en las que se ve el tendido plagado de pañuelos blancos? Pues no fue de estas. Ahora, si nos ponemos a contarlos de uno a uno, a lo mejor se ganaba por mayoría simple. El “sí” frente al “no”. Ea.

“Vanidoso”, que así se llamaba el tercero, no tenía razones para serlo porque su comportamiento en los primeros tercios fue venirse abajo, literalmente, al notar el hierro, para hacerlo de nuevo al finalizar el quite por gaoneras de Alarcón. Y una vez más al terminar el segundo par. Flojo, muy flojo.. La faena fue una sucesión de medios pases sin bajar la mano por ambos pitones, lo que unido a que el novillo se movía tirando -o cargando- de la mitad de su cuerpo, hizo que sólo hubiese algún pico esporádico que terminó siendo un espejismo. Además, todo terminó embrollado al alargar en demasía la faena. Mató de estocada baja que provocó derrame, con arreón del novillo que hizo perder la muleta.

“Ventajista”, tras un paso anodino en el capote, derribó al peto y luego provocó un pequeño caos en banderillas. Álvaro no terminó de lanzar la moneda con la muleta en los inicios. Y aunque pareció brillar la moneda, es decir el novillo, no era oro lo que relucía sino cobre. El pinchazo y la estocada, sumando varios descabellos, pusieron el punto y aparte a un plomizo final.

Albacete, lunes 12 de septiembre de 2022. 5ª de Feria. Un tercio de plaza.

Novillos de

, correctos de presentación. Resultaron nobles, blandos, flojos y bajos de casta, con más opciones primero y quinto.

, oreja y oreja tras aviso.

, oreja y dos orejas

Álvaro Alarcón, ovación tras aviso y silencio tras aviso

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