14ª FERIA DE SAN ISIDRO

La oreja del diluvio

Toñete paseó una oreja bajo una gran tormenta. Notable novillada del Conde de Mayalde

Toñete recogiendo bajo el diluvio la oreja conquistada este lunes en Las Ventas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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La segunda novillada de San Isidro la abrió un precioso burraco del Conde de Mayalde que pasó sin muchas notas positivas en los primeros tercios. La apertura de faena de Pablo Atienza la llevó a cabo en el medio del platillo. El novillero segoviano, uno de los destacados en Madrid durante el pasado año, cerró después un poco más al utrero. Pero éste, muy medido de raza, comenzó a quedarse corto y a embestir de una manera insípida. Entre las dos rayas, y a base de insistir, obtuvo algún derechazo suelto de buen corte. Pero al conjunto le costó despegar. La estocada viajó tan atravesada que acabó haciendo guardia. El silencio final igualó lo realizado.

Que la novillada iba a traer otras hechuras alejadas del cuajo y seriedad que habíamos visto en el inicio de temporada en Las Ventas se percibió claramente cuando saltó el segundo novillo. El ejemplar del hierro toledano manseó y salió suelto del caballo, pero en el inicio de faena de Alfonso Cadaval tuvo prontitud y alegría en sus embestidas. El sevillano, que hacía su debut en Las Ventas, logró conducir con ligazón las primeras tandas. Faltó un punto sometimiento para comprobar si él novillo respondía la mando. Faena que no pasó la raya de lo correcto y que se fue diluyendo poco a poco. Lo mejor, la estocada con la que pasaportó al animal. Hubo una sorprendente petición de oreja que no cuajó en mayoritaria. 

El tercero ya se protestó por su pobre presencia. Demasiada comodidad siendo Madrid. Éste tercero tuvo una embestida enclavada con la que Toñete se gustó en el prólogo de la faena. Sin embargo, después llegó un trasteo de correctas formas pero sin alma alguna. Una fría técnica y un aprendido oficio para tapar ciertas lagunas y carencias artísticas. Los amigos pidieron la oreja por cumplir.       

Hasta las rayas del tercio se fue Atienza para recibir con una larga cambiado al cuarto. Solventó el trance con limpieza. El novillo sacó nobleza y buen son en la muleta, pero no terminó de ser aprovechado por el segoviano. Solo ya traspasado el meridiano del trasteo le cogió el aire en dos tandas a derechas más compuestas y ligadas. Alargó la faena en la búsqueda de una brillantez que nunca llegó. La estocada, perpendicular, necesitó de varios golpes de verduguillo.

Con el cielo amenazando tormenta, el quinto se estrelló hasta dos veces contra las tablas en sus carreras iniciales. Éste utrero del Conde Mayalde dijo poco durante su lidia y se movió sin celo ni chispa en la muleta de un voluntarioso Cadaval. Abundó la cantidad en un trasteo en el que la gente estuvo más pendiente del cielo por si comenzaba a diluviar.

Un diluvio que se desató nada más asomar el sexto al ruedo. Una intensa tromba de agua que anegó el ruedo en cuestión de minutos. Toñete aprovechó la oportunidad para firmar una faena valerosa en la que no le importaron las condiciones del piso. La pena, no poder haber visto en otras condiciones la nobleza que sacó el novillo. La estocada dio paso a una oreja que paseó mientras los cielos seguían abiertos sobre Madrid.

Madrid, lunes 21 de mayo de 2018. 14ª de Feria. Dos tercios de plaza (15.763 espectadores según la empresa)

 Novillos del 

, de justa presentación los tres primeros y algo más cuajados los tres últimos. Conjunto de juego noble en líneas generales. El de mejor nota, el cuarto, ovacionado en el arrastre.

Pablo Atienza, silencio y silencio tras dos avisos.

Alfonso Cadaval, saludos tras leve petición y silencio.

Antonio Catalán 'Toñete', división al saludar tras leve petición y oreja.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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