FRANCIA

Oreja para Sebastián Castella en un descafeinado fin de feria en Nimes

El diestro francés paseó el único trofeo en el mano a mano que compartió con Miguel Ángel Perera, que se fue de vacío. Falló la corrida de Jandilla.

Sebastián Castella durante su actuación este domingo en el Coliseo de Nimes

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Nimes recodó la figura del ganadero fallecido Borja Domecq tras el paseíllo. Un minuto de ovación en homenaje a un criador de bravo que dejó su impronta sobre el milenario ruedo de la localidad francesa. Sin embargo, el sexteto enviado para cerrar la Feria de la Vendimia, no resultó todo lo lucido que hubiese merecido su criador.

Sebastián Castella lidió un primer ejemplar cuya embestida fluctuó siempre entre querer coger los engañosos y salir huido de ellos rumbo a tablas. La habilidad del torero galo en dejarle la muleta siempre en la cara hizo que las tandas surgieran ligadas y muy templadas. La más lograda, una al natural en la que llevó cosido al toro en el engaño. La estocada, baja, necesitó de hasta cinco golpes de verduguillo, lo que alejó a Castella de cualquier posibilidad de premio.

El tercero, de capa albahía, pareció tener un defecto en la vista de salida. El de Jandilla tuvo cierta movilidad pero muy poca clase. Faena más técnica que lucida de Castella que coronó de otra estocada caída y tres golpes de descabello.

Como quinto saltó un ejemplar con más motor y dosis de casta que sus anteriores hermanos de camada. Éste de Jandilla se movió más y tuvo un buen pitón derecho, por donde Castella planteó una faena de largo metraje. Hubo más cantidad que calidad. Una vez más, la espada se fue a los bajos. Aún así, paseó una oreja.

De Vegahermosa fue el primer toro del lote de Miguel Ángel Perera, un astado brusco al que limó asperezas el extremeño a base de pulso y firmeza. Una tanda al natural fue la más rotunda de un trasteo que nunca terminó de romper. Un feo bajonazo dejó todo en unas palmas de reconocimiento.

El cuarto de Jandilla fue un animal con nobleza y clase aunque falto de chispa en sus embestidas. Perera, que comenzó la faena con muletazos cambiados de rodillas, hilvanó un trasteo muy templado en el que llevó muy obligada la embestida de su oponente. Alargó tanto la faena que llegó a sonar un aviso incluso antes de montar la espada. La espada viajó desprendida y tuvo que descabellar hasta en dos ocasiones llegando a escuchar el segundo aviso. Saludó una ovación en recompensa a lo realizado.

Con el que cerró plaza, Perera se enfrascó en un quehacer largo y profuso en tandas pero que llegaba poco al tendido por las medias arrancadas y la falta de clase del toro de Jandilla. Para evitarlo, el pacense se pegó un arrimón en el epílogo de la faena para calentar al público. Pero otro bajonazo dejó todo en un silencio respetuoso.

Nimes (Francia), domingo 20 de septiembre de 2020. 5ª de Feria. Media plaza con el aforo reducido.

Cinco toros de

y uno de

(2º), bien presentados aunque de desiguales hechuras. Conjunto bajo de raza a excepción del quinto, con más chispa. Noble y con clase pero sin transmitir el cuarto.

Sebastián Castella, silencio tras aviso, silencio tras aviso y oreja.

Miguel Ángel Perera, palmas, saludos tras dos avisos y silencio tras aviso.

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