ALBACETE
A oreja por coleta en una menguante corrida de Asprona
El Fandi, Rubén Pinar y Borja Jiménez cortaron una oreja. Mal encierro de Las Ramblas con un tercio de entrada.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El festejo a beneficio de la institución Asprona no pasa por su mejor momento, ni mucho menos. Su labor es encomiable, y sus más de 65 años acompañando a personas con discapacidad intelectual y a sus familias en su trayectoria vital, dan buena cuenta de su labor. Ahora bien, hace unos años, el dinero logrado era fundamental para su supervivencia. Ahora, es una partida económica más, que ayuda, pero que no es imprescindible. Lejos quedan los tiempos en que la figura protectora del Maestro Dámaso González lograba por sí misma el lleno hasta la bandera.
Actualmente, Albacete ya apenas tiene ilusión por ir a Asprona. La llamada de la solidaridad no tiene la misma fuerza que antes y eso se nota en las dos últimas entradas de aficionados logradas en 2023 y 2024. Apenas un tercio de entrada se antoja pírrico botín. Y si se lograron casi 70.000 euros el año pasado, está por ver lo cosechado este pasado domingo 16 de junio. Festejo menguante por la presentación y juego de sus toros, por la rotundidad en sus carteles y por la escasa afluencia de público. Eso debe cambiar porque su futuro no pinta bien.
Sobre lo visto en el ruedo, David Fandila “El Fandi” recibió de capote al primero de la tarde al abrigo de las tablas en un tibio inicio. Un trámite fue lo que hizo en el peto con algo más de brillo con los palos por parte del granadino, siendo muy jaleado el tercer par al violín. Brindó al público y tras un tanteo donde el toro se movía sin clase y con muy poquita fortaleza, el trasteo no llegó a nada pese a la voluntad de un David frente a un toro que ni podía ni quería. Conjunto vacío, en resumen. Mató de pinchazo y estocada.
Con el cuarto, idéntica hoja de ruta que su anterior, añadiendo un toro que guardaba sus embestidas como el avaro las monedas. Se medio movió rebrincado en la muleta de Fandila y el diestro le robó algunos pases en un quehacer insustancial ante un astado de mínimos. Dejó una estocada trasera y tendida que le valió para conseguir una oreja de poco peso.
Rubén Pinar estuvo animado y animoso con la verónica frente al segundo de la tarde, que hizo una engañosa y desigual amago de pelea en varas. Rubén brindó a los usuarios de Asprona en un bonito detalle y procuró domeñar a un toro que había apretado por momentos en banderillas. Tras un inicio incierto, con mando pero con algún enganchón y toque de telas, el de Santiago de Mora fue extrayendo pases en una labor intermitente terminando el diestro metiéndose entre los pitones ya en labor de cercanías. La estocada fue en su sitio y eso abrochó la primera oreja de la tarde.
En el quinto del festejo, que mostró intención de saltar al callejón, estuvo lejos de cumplir en varas y Pinar se fajó con él en episodio sin demasiada pausa en los inicios para ir templando más, especialmente al natural. Rubén acariciaba su decimocuarta puerta grande en Albacete (doce consecutivas) y por eso nunca le perdió la cara al toro. Le cogió el aire y aprovechó la movilidad con arrimón final. Pinchó y dejó media en la rectitud, sumando tres golpes de descabello que desvanecieron el sueño de seguir prolongando la racha de triunfos en el coso manchego.
Al tercero de la tarde, Borja Jiménez lo vio hacer la sinfonía del estribo en el peto para después besar el albero manchego y pasar de puntillas por banderillas. Jiménez planteó su labor de toreo acinturado metiendo riñones y consiguió extraer algún muletazo destacable entre la sosería informal del “daniel” y su escasez de casta. Suavidad y buen aire con poco material enfrente. Metisaca con desarme y algo más de media atravesada con un golpe de descabello, diluyeron la posibilidad de lograr algo tangible.
Y el último, que iba y venía como pollo sin cabeza, nada hizo en los primeros tercios. Nada bueno, por aclarar. Jiménez brindó a los usuarios de Asprona y todo quedó inédito debido a la aplomada y descastada condición. Borja proponía y el de Las Ramblas descomponía. Nos quedamos con el molde. Mató de estocada baja con desarme y derrame de fulminante efecto que le valió un generoso trofeo
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