SEVILLA

La Real Maestranza gana el pleito del IVA a la empresa Pagés

La Justicia rechaza las pretensiones de Ramón Valencia, que pretendía la devolución de 6 millones de euros en concepto de IVA.

Fachada principal de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla

Agencia EFE

Publicado el - Actualizado

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Los juzgados han dado la razón a la Real Maestranza de Caballería, propietaria de la plaza de toros de toros de Sevilla, en el pleito que le había interpuesto la empresa Pagés, arrendataria del coso, en torno a la devolución de 6 millones de euros en concepto de IVA que los demandantes consideraban que debía abonar la propiedad de la plaza.

El diario ABC ha adelantado los detalles del fallo, que rechaza las pretensiones de Ramón Valencia, empresario de la sociedad gestora del coso sevillano, y el magistrado habría dado validez al contrato vigente y avala la postura de la Real Maestranza.

Pagés abona cada año un porcentaje fijo del bruto que genera la plaza de la Maestranza y consideraba que ese acuerdo –que data de 1933 y tendrá que ser revisado en 2025- tenía que acogerse únicamente a la base imponible excluyendo el IVA. La empresa invocaba que el contrato fue redactado con normas fiscales muy distintas a las vigentes en la actualidad.

La empresa comandada por Ramón Valencia también reclamaba un porcentaje de las visitas del museo de la plaza de toros que gestiona directamente la gerencia del cuerpo nobiliario además de esos seis millones de euros que, según fuentes de la institución, podrían haber puesto en aprietos el extenso programa de obras asistenciales y sociales además de su política de mecenazgo cultural.

El acuerdo de la empresa Pagés con la Real Maestranza de Sevilla data del 16 de diciembre de 1932 y entonces el empresario catalán Eduardo Pagés firmó un primer contrato con el teniente de Hermano Mayor de la época, el marqués de Nervión, que establecía una duración de cuatro años, renta de 150.000 pesetas anuales y fianza de veinte mil duros.

Eduardo Pagés montó su primera temporada en 1933, pero los acontecimientos se precipitaron al año siguiente con la exclusiva firmada al mismísimo Juan Belmonte, que reapareció ese año y acudió en ayuda de Pagés a raíz del veto de la Unión de Criadores de Toros de Lidia que también alcanzó al diestro trianero.

El contrato se fue ampliando hasta hacerse indefinido y Eduardo Pagés coronó su trayectoria al frente del coso del Baratillo en la Feria de Abril de 1945, en la que anunció a Manolete en cuatro de los festejos previstos.

En julio de aquel año falleció Eduardo Pagés, la dirección de la empresa pasó a manos de sus colaboradores Manolo Belmonte y Enrique Ruiz, y finalmente en 1959 llegó Diodoro Canorea, casado con Carmen Pagés, hija y heredera de Pagés.

A mediados de los 50 se remontan los primeros desencuentros entre Pagés y la Maestranza, que llegó a denunciar a sus inquilinos en 1956 para resolver el contrato de arrendamiento. La justicia dio la razón a los Pagés pero también absolvió a la Maestranza, en una peculiar sentencia salomónica, “de la reconvención formulada en su contra por doña Carmen Pagés sobre calificación legal de arrendamiento y beneficio de prórroga”.

Sin embargo, un año después se iba a revocar esa sentencia en contra de la Maestranza -absolviendo a Carmen Pagés- al fallar que “el contrato celebrado entre don Eduardo Pagés y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, de fecha 17 de abril de 1945, de arrendamiento de negocio de espectáculos taurinos está sometido a la prórroga legal forzosa”.

Diodoro Canorea estuvo al frente de la plaza, con apoyos puntuales, hasta su fallecimiento en el año 2000 siendo sustituido por su hijo y su yerno Ramón Valencia que tomó las riendas de la empresa a finales de 2015 para presentar su primer abono en solitario en 2016.

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