ÁVILA

La rotundidad y el momento de Ginés Marín deslumbran en Arévalo

El torero extremeño cortó tres orejas y salió a hombros ante una notable corrida de Domingo Hernández. Oreja para Finito y De Miranda.

Natural de Ginés Marín durante su faena al quinto toro de Domingo Hernández en Arévalo

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Hay toreros a los que hay que seguir y disfrutar cuando están en un gran momento. En esta temporada post-pandemia si hay un diestro que está triunfando a golpe cantando y demostrando un gran nivel en todas sus tardes, ese es Ginés Marín. Este sábado en Arévalo, ante una notable corrida de Domingo Hernández, se ha destapado para goce de la afición abulense.

El toro de Domingo Hernández que abrió plaza hizo cosas buenas desde que asomó por chiqueros. Tomo con claridad el capote de Finito de Córdoba, tomó dos varas con fijeza y después, en el último tercio sacó fondo y clase en sus embestidas. Finito se confió pronto con él y desgranó tandas templadas y a compás, especialmente a derechas. El apagón llegó con la espada y el descabello.

También tuvo buen aire en su embestida el Segundo de Domingo. Nobleza y calidad que aprovechó de principio a fin Ginés Marín. El joven diestro se mostró variado con el capote y templado y profundo con la muleta. Corrió la mano con gusto siempre, obligando por abajo la noble embestida del toro. La estocada, dos dedos caída, necesitó de un golpe de descabello. La oreja tuvo su peso.

Otro buen toro fue el tercero, un animal que no paró de embestir de principio a fin. David de Miranda llegó a Arévalo para sustituir a Fortes y acabó gustando a la afición morañega. Quitó por saltilleras, inició la faena con ósea cambiados y aprovechó la notable embestida de su oponente para firmar una faena ligada y reunida por ambos pitones. La única mácula fue el metisaca previo a la estocada. La oreja premió al conjunto y el pañuelo azul a la encastada condición del toro.

Un buen pitón izquierdo tuvo el segundo de lote de Finito. No terminó de entregarse el de Córdoba, que insistió en el en el toreo en redondo. Paseó la oreja tras un pinchazo hondo.

El quinto fue otro gran toro. Empujó con celo en el peto y después tuvo una exigente pero agradecida embestida. Ginés se rompió de verdad con el de Domingo. Acinturado, con los toques precisos y las muñecas bien engrasadas. Todo a compás, sometiendo a base de mando y firmeza. Y el final, de rodillas para terminar de poner en pie a los tendidos. La contundente estocada fue el digno colofón a una gran obra de un torero en un gran momento de forma. Las dos orejas cayeron por mayoría de pañuelos.

El sexto fue el garbanzo negro de la corrida del hierro salmantino. Correoso y sin entrega, siempre se frenaba a la hora de llegar a los engaños. Voluntarioso y firme De Miranda, que abrevió cuando el toro sacó la bandera blanca de la rendición.

Arévalo (Ávila), sábado 3 de julio de 2021. 1ª de Feria. Más de media plaza sobre el aforo permitido.

Cuatro toros de Domingo Hernández (1º, 2º, 3º y 5º) y dos de Garcigrande (4º y 6º), de correcta presentación y de muy buen juego a excepción del desluicido sexto. Destacó el tercero, ‘Sonsonote’, nº 3, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

Finito de Córdoba, silencio tras aviso y oreja

Ginés Marín, oreja y dos orejas.

David de Miranda, que sustituía a Fortes, oreja y silencio.

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