SAN SEBASTIÁN

Seis largos y poco lucidos esfuerzos de la terna con descastados "torrealtas"

Los diestros Juan Leal y Luis David Adame pasearon una oreja cada uno ante un deslucida corrida del hierro de Torrealta.

Natural de rodillas de Juan Leal durante su actuación este viernes en Illumbe

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los tres jóvenes toreros que hicieron hoy viernes el paseíllo en San Sebastián se extendieron en seis largos y voluntariosos, pero poco lucidos, empeños ante los descastados toros de Torrealta, de los que finalmente Juan Leal y Luis David Adame pasearon sendos trofeos casi a modo de consolación.

El encierro gaditano, de muy desigual presentación, ya de salida parecía ofrecer pocas opciones de triunfo, bien por su el escaso remate de cuartos traseros de algunos como por las bastas hechuras de otros.

Y las sospechas se fueron confirmando a medida que iban pasando por las pruebas de bravura del caballo de picar y de los engaños de los toreros, donde respondieron sin fuerza, con muy poca raza y, por tanto, sin emplearse o incluso volviendo grupas aburridos y rajados, a pesar de que alguno tuviera cierta y sosa movilidad sin clase ni entrega.

A pesar de ello, en pos de aprovechar la oportunidad en una feria de primera, los tres jóvenes espadas de esta terna internacional se emplearon ante ellos en unos trasteos muy dilatados y con escaso brillo, haciendo así que la duración de la corrida se alargara hasta las dos horas y media de escaso interés.

Con todo, el francés Juan Leal sacó más partido en el "marcador", pues supo tirar de variedad y golpes de efecto para llevar al tendido algún mínimo de emoción, lo que la gente le agradeció pidiendo amablemente para él hasta tres orejas que el presidente, con un criterio más severo, dejó en una sola.

Dio ya la vuelta al ruedo a la muerte del primero, un toro mansote y noblón al que, desde la apertura de faena, rodillas en los medios, toreó con temple y sin exigencias en una labor aseada antes de que el animal perdiera su escasísimo celo,

Así que el francés, ya con el público de cara, echó el resto con el cuarto, otro toro de escasa duración en la pelea pero al que acosó por toda la plaza con un toreo bullidor y centrado en aparatosos alardes de valor, casi todos ellos también de rodillas, que fue como se abrió de capa y como remató la faena, lo que calentó al escaso público para la desmedida petición de una segunda oreja.

También un trofeo de poco peso le dieron al mexicano Luis David Adame por hacerle una faena a destajo y de poco temple al tercero de la tarde, que se movió desclasado tras una muleta que lo pasó una y otra vez de manera mecánica y desangelada. El fulminante efecto de una estocada cobrada al encuentro fue el detonante de la petición de esa otra oreja.

En los tres capítulos restantes de la plomiza corrida hubo mucho menos argumento para forzar la amabilidad del público donostiarra, pues Adame también se extendió demasiado, sin decir casi nada y sin efectividad con la espada, ante el insulso sexto, y Román no acabó de levantar el vuelo de sus dos tesoneras faenas a un lote tan deslucido como lo fue la propia tarde de la feria donostiarra.

San Sebastián, viernes 16 de agosto de 2019. 3ª de Feria. Un cuarto de plaza.

Toros de 

, de muy dispar presentación, con ejemplares descompensados y sueltos de carnes junto a otros de bastas hechuras, aunque todos con abundantes defensas. Dieron un juego descastado y deslucido en su conjunto, por mucho que alguno, con escaso celo, sacara una sosa movilidad.

Juan Leal, vuelta y oreja tras aviso con dos vuelta al ruedo.

Román, ovación tras aviso y ovación tras aviso.

Luis David Adame, oreja y silencio.

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