Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Una solitaria oreja a cargo de Antonio Ferrera fue el escueto balance artístico de un gris y aburrido festejo que puso hoy fin a la feria de Begoña de Gijón, una tarde marcada por el desrazado juego de los toros de El Freixo, con los que Miguel Ángel Perera se marchó de vacío.
Ferrera se las vio en primer lugar con un toro sin raza y muy apagado con el que el extremeño anduvo también un punto displicente en una labor de puro trámite en la que solamente dejó algún que otro detalle suelto, insuficientes a todas luces para llegar a interesar. Fue lo que se dice un matrimonio mal avenido.
El tercero de corrida tampoco anduvo muy sobrado de facultades, un toro que se movía pero sin decir gran cosa. El banderillero Javier Valdeoro fue prendido al clavar un par de banderillas y, aunque aparentemente no parecía que llevara cornada, sí sufrió varios cortes en la cara que le obligaron a pasar a la enfermería.
Ferrera anduvo por ahí en un inicio de labor en la que parecía no cogerle el aire a su antagonista. Pero poco a poco fue haciéndolo, como también fue ahormando la embestida del de El Freixo, al que recetó dos tandas de naturales casi ya en el epílogo, simplemente sensacionales. Eso prendió el ambiente, tanto que, tras una estocada de efecto fulminante, acabó cortando una oreja.
En el quinto tampoco pudo ser. Otro toro en el límite de todo al que Ferrera pasó por el derecho en algunas tandas que tuvieron su aquel, mas el conjunto tampoco llegó a calentar lo suficiente. Le ovacionaron al final de la lidia, más por consuelo que otra cosa.
A Perera le pasó más de lo mismo: no tuvo toros propicios y, en consecuencia, su paso por Gijón fue también anodino.
Y eso que en su primero pudo haber "tocado pelo" si el presidente atiende la petición oreja que hubo. Y es que Perera anduvo por encima de la insulsa condición del animal en una faena en la que hubo pases de rodillas, esforzadas tandas por los dos pitones y unas manoletinas finales que gustaron al respetable.
Pero es cierto que al conjunto le faltó algo más de chispa, quede dicho que por culpa del astado, lo que no es excusa para que el palco le hubiera concedido la oreja demandada por la mayoría de la plaza.
El cuarto tuvo menos entrega si cabe, y Perera, que puso mucha voluntad, esta vez no llegó a calentar a unos tendidos sumidos ya en una tremendo aburrimiento. Por eso, tras la estocada, le silenciaron sin más, igual que con el manso y muy deslucido sexto, con el que el extremeño apenas pudo siquiera justificarse.
Gijón, miércoles 15 de agosto de 2018. 5ª de Feria. Menos de media plaza.
Toros de
, aceptablemente presentados pero desrazados y muy deslucidos en líneas generales.
Antonio Ferrera, silencio, oreja y ovación tras aviso.
Miguel Ángel Perera, ovación tras petición, silencio tras aviso y silencio.
Incidencias: El festejo quedó en un improvisado mano a mano tras la baja a última hora de Cayetano, que sufre la fractura de dos costillas tras el percance sufrido hace tres días en Pontevedra.