Talavante con tres orejas y Emilio de Justo con cinco, llenan y salen a hombros en Cáceres

Exitosa la corrida que se ha celebrado en la hermosa plaza de Cáceres. Lo ha sido por el resultado artístico pues se cortaron ocho orejas -tres Talavante y cinco De Justo- tras faenas de buen concepto y ejecución ante muy nobles toros de La Quinta, El Pilar y Garcigrande. En lo negativo el muy justo trapío de casi todos, si exceptuamos el cuarto.

Tarde triunfal con toros de tres hierros, nobles pero justos de trapío. Morenito de Arles y Alex Benavides resultaron cogidos y corneados.

Pero lo mejor ha sido el llenazo, el cartel de 'No hay billetes' que se ha colgado en las taquillas. Eso en una plaza que de forma injustificada ha estado cerrada seis años.

El denominador común de la corrida ha sido la nobleza. Algunos toros aguantaron hasta el final, y otros se vinieron a menos.

El primero de Talavante era de La Quinta. Fue un toro muy terciado que andaba justo de fuerzas pero también de raza, salía del muletazo mirando al tendido. La faena no pudo levantar el vuelo.

El segundo del torero de Badajoz era de El Pilar. Fue un toro de acuada nobleza pero que parecía tener lesionada la mano derecha. Rodó por el albero al comienzo de faena pero Talavante logró que no perdiera las manos a lo largo del trasteo. Lo llevaba y despacito y templado por ambos pitones. Faena larga de mucho gusto aunque de poca emoción.

El quinto fue de Garcigrande y estuvo a punto de indultarlo. Fue un toro bravo y de mucha clase, pero no para perdonarle la vida; tenía poco trapío e hizo una discreta pelea en varas.

Mucha clase del astado, en redondo, dulce embestida y dulce toreo, lo llevaba lento y muy metido en la muleta. Faena de largo metraje por ambos pitones, series largas de mucho remate y ligazón, entrega del animal, que repetía y repetía. Al burel se le dio la vuelta al ruedo. Justo premio.

Emilio de Justo brilló toda la tarde con el capote. Verónicas a compás y medias verónicas elegantes. También las chicuelinas.

Su primero, de El Pilar fue muy enclasado pero andaba muy justo de fuerzas. La faena fue planteada en función del toro y con mucho eco en los tendidos. Pulseaba la embestida y acompañaba con todo, a media altura, y cuando el toro lo pidió, con muletazos de uno en uno de bella composiciób.

Su segundo fue de La Quinta y cogió de mala manera a su banderillero Morenito de Arles.

Muy bello el inicio de la faena de De Justo, muletazos en redondo de rodilla genuflexa. Pudo sujetarlo, series de mucho remate y calado, con temple y ligazón.

El sexto, de Garcigrande también cogió a su banderillero Alex Benavides.

La faena fue primorosa en diversos pasajes porque el torero evitaba los toques y, aunque tenía que perderle pasos, la dulzura con la que trataba al animal hizo que la faena tomara cuerpo.