ARENAS SAN PEDRO (ÁVILA)

Tres orejas para Marco Pérez en su debut con picadores en España

El novillero salmantino pasea tres orejas en un festejo que compartió con Perera y Talavante, que cortó una oreja.

Marco Pérez en su salida a hombros en su debut en España en Arenas de San Pedro (Ávila)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Final de la temporada taurina en Castilla y León con el festejo ya tradicional en la localidad de Arenas De San Pedro. Un festejo que en su día creo una expectación inusitada, ya que era el debut con los del castoreño del novillero salmantino Marco Pérez, pero que con el devenir de los días, después de ese debut también en Francia, se ha devaluado. Y es que el festejo de Istres, retransmitido a todo el mundo, dio una imagen menor tanto de Marco Pérez como de todo lo que revolotea a su alrededor. Dicho esto, siempre de manera muy personal, contaremos y cantaremos las verdades del barquero, fuera de polémicas y supuestos montajes.

Pero hablemos de toros y no de política taurina, que también es hablar del mundo del toro, pero en menor medida.

Y es que el debut de Marco Pérez era el runrún de sobremesas y manteles en la localidad abulense. Un debut con un novillo del Pilar, justo de presencia, pero al que se impuso desde el principio el salmantino. Galleo por chicuelinas para ponerlo en suerte en el caballo y quitó a la verónica de manera templada. Detalloso el brindis a los tres profesores de la escuela de Salamanca que hoy le acompañaban, José Ignacio, José Ramón y Javier. Y empezó a revienta calderas en el medio del ruedo, con un pase cambiado que estremeció al respetable. Resuelto, con calidad y clase las dos primeras series por el piíton derecho, a un novillo que no perdió en ningún momento la raza y la prontitud de la embestida. Marco Pérez dio la distancia que pedía el del Pilar y lo llevó largo también, al natural. Vació los pases de pecho de pitón a rabo. Mató de estocada perdiendo la muleta. Dos orejas.

Muy justo de presencia el novillo que cerraba el festejo. Saludó a la verónica y fue apenas picado. Comienzo de faena por alto muy templado, sacándose el novillo a los medios. Novillo que fue bronco y distraído y que al natural desarmó al salmantino. Pero los que quieren llegar alto en esto del toro, no se aflojan y se ponen otra vez frente al animal por el mismo palo. Muy adelantada la muleta y echando los vuelos al hocico, siempre lo llevó muy toreado. Recursos y más recursos a un animal que no terminó de entregarse. Lo dominó por momentos a izquierdas pero sin llegar al acople definitivo. Epílogo por manoletinas muy ajustadas y con mucha clase. Buena estocada que le valió dejar un buen sabor de boca a los aficionados.

Abrió plaza Miguel Ángel Perera. En suerte un toro del Pilar, justo de presencia y de escasas fuerzas. El juego extraordinario por ambos pitones. Y ahí es donde se vio al extremeño, mandón. Lo cuidó mucho en los primeros tercios con una lidia sensacional por parte de Curro Javier y dos pares extraordinarios de Ambel. El comienzo de faena fue con la diestra, templado, con el pupilo del Pilar con transmisión y fijeza, intentando que no le tocara la muleta. Falto de fuerzas y sin someterlo demostró el toro calidad por ambos pitones. Al natural, más largo a la salida del muletazo y también con esa calidad, temple y nobleza el toro de Moisés Fraile. Un pinchazo sin soltar y media estocada precedieron a un descabello para pasaportarlo. Ovación para Perera y palmas para el toro.

El segundo de su lote tuvo otra condición y presencia. Bien presentado, recibió un puyazo que con el devenir de la faena se quedó escasa. Se vino arriba en banderillas e hizo que Perera no se acoplara a la embestida en la muleta. Genio del toro del Pilar que hizo que no viéramos a un Perera pleno. Siempre le tocó ganarle unos pasitos a la salida del muletazo, costándole templar la embestida que sin ser brusca, pero hacía que las series no tuvieran ligazón. Mal también con la espada. Pinchazo y tres descabellos

Con otro brío saltó al ruedo el primer toro del lote de Alejandro Talavante. Recibió un buen puyazo, en la yema. Se lo sacó a los medios con esa enjundia y clase que atesora Talavante. Comenzó al natural, con ciertas prisas, como si el toro se le fuera pronto a apagar. Si que es verdad que por ese pitón es por donde había demostrado más calidad, pero a la falta de fuerzas se le sumó una voltereta al final del tercio de banderillas. Faena a menos, con dos series por el pitón derecho perfílelas y sin ajuste. Por debajo del toro. Una estocada chalequera, que hacía guardia y otra en su sitio bastó para que cayera el animal.

Tuvo que saltar un 5º bis al ruedo del mismo hierro, tras lesionarse la pata derecha el titular en el encuentro con el caballo. Talavante brindó al público una faena a la que se acopló toro y torero mejor al natural que por el pitón derecho. De rebrincada embestida el del Pilar tuvo genio, y ese echar la cara arriba al final de cada muletazo. Toque fuerte a un toro que fue largo en la muleta, pero sin ningún tipo de entrega, ni clase. Aun así, Talavante estuvo firme, por ambos pitones, en una faena que no caló en los tendidos, hasta el momento de la estocada, que fue fulminante y le hizo valer un apéndice.

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