21ª SAN ISIDRO

Uceda y Castella, que cae herido, orejas por dos estocadas

Uceda Leal y Sebastián Castella pasean una oreja por coleta mientras Morante pasa de nuevo sin suerte por Madrid.

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Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Último viernes de Feria y un nuevo reventó en Las Ventas. Los llenos han dejado de ser noticia en un abono que va tocando a su fin. Al final, y a pesar de las dos orejas que se pasearon, quedó la sensación de que lo ocurrido en el ruedo no terminó de satisfacer al público que ocupó los tendidos. Los trofeos cortados resultaron demasiado benévolos una vez más en esta isidrada.

No se picó al toro que abrió plaza. Un trámite fueron los dos puyazos que tomó el toro de El Torero. Comenzó a llover cuando José Ignacio Uceda Leal iba camino del tercio a brindar la faena. Tres y el de pecho. No más. Tandas cortas, pero con ese aire a torería cabal del madrileño. Mejor y más reunido a derechas, por donde el toro se daba mejor. Cuando tomó la zurda, el trasteo y los olés bajaron en decibelios. Con el apagón con la espada nadie contaba.

El cuarto resultó el toro más arboladura de todos los lidiados hasta ahora en este San Isidro. Veleto y tocado de pitones, las dos perchas que lucía por delante imponían su seriedad. El toro mostró pronto su buena condición, aunque también su medida raza y fortaleza. Lo cuidaron mucho en los primeros tercios antes de que Uceda Leal lo pasase de muleta con esa clase que atesora. Tandas de nuevo breves, ligadas y de gran expresión estética aunque sin terminar de macizarse. La faena creció en la parte final. Una serie al natural y otra en redondo jugando cintura y muñecas perfectamente. Y ahora sí, la estocada con la suficiencia habitual del torero del barrio de Usera. La oreja cayó por aplastante mayoría de pañuelos.

Se eternizó la lidia del primero del lote de Morante. De traca mala la actuación de la cuadrilla sin fijar nunca al toro, estrellándolo contra burladeros y con capotazos a destiempo siempre. El sevillano, que había recibido al astado del hierro gaditano con unas verónicas templadas y acompasadas, abrevió tras una primera tanda de tanteo en la que el toro no terminó de emplearse ni romper hacia adelante. Lo tumbó de una estocada casi entera en el rincón.

El último cartucho de Morante en esta feria estaba más cerca de los seis años que de los cinco. Un inválido de abisontadas hechuras que el palco no quiso devolver. En sus carnes sufrió el torero cigarrero la negligente decisión del usía. La faena de muleta fue un simulacro con los tendidos enervados y el toro rodando por el ruedo cada vez que medio lo obligaba el torero. Se le fue feria más en blanco, y van…

Nadie se acordó de sacar a saludar a Sebastián Castella después de su Puerta Grande en la segunda semana de Feria. Ni tras el paseíllo ni antes de recibir de capote al escaso tercero de José Vázquez que se lidió como remiendo de José Vázquez. El toro, tras un más que discreto paso por el tercio de varas, rompió a embestir con temperamento por ambos pitones. Había que estar firme y muy templado ante él porque si no, tendía a violentarse. La faena navegó con intermitencias en la limpieza del trazo, aunque siempre bajo el denominador común del sitio pisado por el torero francés. La faena la elevó de nota una estocada en toda la yema de la que salió el toro rodado. El palco otorgó la oreja cuando el tiro de mulillas a punto estaba de arrastrar al animal.

El sexto sacó aspereza y carácter en el último tercio. En un descuido levantó los pies del suelo a Castella, que pronto se dio cuenta que llevaba cornada. Se mantuvo en el ruedo el galo en un ejercicio de vergüenza torera, pero el trasteo no terminó de culminarse.

Madrid, viernes 2 de junio de 2023. 21ª de Feria. Lleno de ‘No hay billetes’.

Cinco toros de

, bien presentados, aunque de desigual remete. Manejable el primero; deslucido el segundo; un cuarto noble y suave en su embestida; el quinto, desfondado; un sexto áspero y con temperamento. Un remiendo de

(3º), bien hecho, pero de poca cara y de buen juego en el último tercio.

Uceda Leal, silencio y oreja.

Morante de la Puebla, silencio y bronca.

Sebastián Castella, oreja y ovación.

Parte médico: Castella fue atendido de una cornada de pronóstico grave "en la cara interna del tercio inferior del muslo izquierdo, con dos trayectorias: una ascendente de 20 cms., que produce destrozos en músculos vasto interno y recto anterior, y otra hacia atrás de 15 cms., que produce destrozos en músculo vasto interno y que alcanza el fémur"

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