¿Sabes que estos edulcorantes engordan igual que el azúcar?
A priori puede parecer la versión 'zero' del azúcar, pero hay matices importantes que te contamos
Publicado el - Actualizado
6 min lectura
Con el fin del estado de alarma y la libre movilidad, muchos retoman ya la planificación de sus vacaciones y fantasean con largas jornadas al sol en la playa o en la piscina. Lo cierto es que el cuerpo, al que quizás no hemos cuidado todo lo que debiéramos en este tiempo, cobra ahora un mayor protagonismo. Es por ello que las dietas pasan a un primer plano y empezamos a sustituir unos alimentos por otros. De entre todos quizás pensemos que el que menos nos cueste cambiar sea el azúcar ya que a priori tiene un sustituto bastante cómodo en la sacarina. ¿Estamos en lo cierto?
CÓMO PERJUDICA O BENEFICIA A NUESTRA SALUD EL AZÚCAR
"El azúcar es una de las sustancias más perjudiciales que se puede consumir y lo peor es que es sumamente abundante en nuestra alimentación cotidiana", advierte en cope.es Alicia Moro, coach de Salud y Nutrición y del Potencial Humano.
Es más, señala la experta "de todas las comidas capaces de causar daño al cuerpo, el azúcar es uno de los más nocivos, así como la fructosa y el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF)".
Tanto el azúcar (sacarosa) como el jarabe de maíz de alta fructosa "contienen dos moléculas: la glucosa y la fructosa, un factor importantísimo en el aumento de las tasas de obesidad y enfermedades crónicas".
Se da la casualidad, advierte Moro de que "el 55% de los endulzantes utilizados por los fabricantes de alimentos y bebidas están hechos con JMAF porque es más barato y un 20% más dulce".
INCONVENIENTES
Basta con echar un vistazo todas las condiciones médicas y de salud que están vinculadas con la fructosa/azúcar; resistencia a la insulina y la obesidad, presión sanguínea elevada, triglicéridos y LDL (colesterol malo), agotamiento de vitaminas y minerales, enfermedades cardiovasculares, enfermedad de hígado, cáncer, artritis y la gota. Y la triste realidad es que no todos somos conscientes que la fructosa/azúcar está escondida en la mayoría de los alimentos procesados y comidas rápidas, hasta en los productos etiquetados como “sin azúcar” o “bajo en calorías”.
AZÚCAR Y ADICCIÓN
El azúcar suele ser el primer alimento en salir nominado cuando empezamos un régimen, pero ¿realmente engorda tanto?. "La fructosa causa resistencia a una hormona llamada leptina, lo que hace que el cerebro no “vea” que las células de grasa están llenas de grasa. Esto conduce a una mayor ingesta de alimentos y disminución de la quema de grasa".
Y lo peor es la adicción que nos crea. "Cuanto más azúcar tomemos y cuanto más tiempo se permita que este proceso continúe, más poderosa se vuelve, ya que la resistencia a la insulina y la leptina aumentan con el tiempo y el comportamiento de búsqueda de recompensas se hace más fuerte".
El azúcar engorda "porque la mayoría de la que toma la población mundial proviene del consumo de productos industriales, como bollería, pastelería y precocinados... que además están llenos de grasas trans, estabilizantes, conservantes o colorantes".
Nada tiene que ver con el azúcar que llevan los alimentos vegetales -verduras, frutas, semillas o raíces- "que es beneficiosa para el organismo ya que nuestro cerebro sí necesita esa glucosa para funcionar".
ENTONCES, ¿SUSTITUIMOS EL AZÚCAR POR SACARINA?
A priori podría parecer una buena idea, no es azúcar y por tanto podríamos mantener las calorías a raya, pero no es así, advierte Alicia Moro. "Estudios sobre la sacarina, aspartame y sucralosa muestran que su uso produce cambios en la flora intestinal lo que supone que el organismo tenga más dificultad para regular los niveles de azúcar en sangre, aumentando el riesgo de padecer obesidad y diabetes".
Y la sacarina es la más perjudicial de todas. "Los edulcorantes aumentan el peso y los niveles de grasa en el cuerpo. La forma de sacarina más utilizada es la sal sódica que provoca retención de líquidos".
DESAJUSTE METABÓLICO
Los edulcorantes "hacen que nuestro cerebro analice el sabor de una manera distinta, el sabor dulce activa una serie de sustancias que preparan al cuerpo para una llegada de azúcar que en realidad no existe. Esto puede provocar una reacción adversa que termina en un desajuste metabólico, como un comportamiento ansioso por comer azúcares"
ALTERNATIVAS SALUDABLES
Pero esto no quiere decir que tengamos que renunciar a este sustitutivo del azúcar. Hay tres alternativas saludable, que explica Alicia Moro;
1.- Xilitol, un alcohol de azúcar que se extrae del abedul o de una fibra vegetal que se llama Xilano y que tiene multiples beneficios; un 40% menos calorías que el azúcar convencional y disminuye el riesgo de sufrir caries entre 30 y 85%, no contiene fructosa por lo que es perfecto para personas diabéticas y la diferencia de indice glucémico es- Xilitol: 7 y azúcar convencional: 60-70. Además previene la otitis en niños y retrasa el envejecimiento de la piel, ya que puede aumentar la producción de colágeno. 5- Protege de la osteoporosis 6- Mejora la flora intestinal. Sirve de alimento a la flora beneficiosa para la salud digestiva.
2.- Erititrol: Es otro alcohol natural de azúcar que se encuentra en frutas y vegetales. Es sobre 60/70% igual de dulce que el azúcar pero son 0 calorías ni carbohidratos y sin efecto en glucosa o niveles de insulina. No tiene efectos en el tracto intestinal porque es más difícil de digerir por las bacterias intestinales lo que hace que no provoque gases ni hinchazón. Aconseja Moro, buscar siempre visiones que no estén GMO ( modificadas genéticamente) y leer las etiquetas para estar seguros que no le han añadido nada más.
3.- Estevia o Stevia es un arbusto de hoja perenne que no solamente es edulcorante, sino también planta medicinal. Su principal uso es como sustitutivo del azúcar. Mientras que su aportación calórica es nula, a pesar de su dulce sabor, genera otros nutrientes en porcentajes considerables, como pueden ser los hidratos de carbono, las grasas -que no todas son nocivas y también son necesarias- o las proteínas. Su consumo habitual proporciona vitaminas A, B y E y otros componentes muy necesarios, como el fósforo, el calcio, el magnesio o el hierro, además de zinc, sodio y potasio.
La Stevia ayuda a hacer la digestión de manera correcta, por lo que también colabora con el aparato digestivo, es diurética y antioxidante, y es un poderoso cicatrizante y bactericida muy utilizado en dentífricos con el fin de eliminar la placa bacteriana. Teniendo en cuenta que la stevia puede llegar a endulzar hasta 200 veces más que el propio azúcar pero que además no engorda al ser hipocalórica, estimula la producción de la insulina y proporciona el equilibrio necesario en cuanto a este elemento, es el alimento y complemento ideal para los diabéticos. Su contra puede ser su sabor fuerte que puede interferir en el gusto del producto al que lo añadas.
Así que no tires la toalla, la sacarina y otros edulcorantes artificiales "modifican la flora intestinal de un modo que facilita el aumento de peso, dificulta el control del nivel de azúcar en la sangre y aumenta el riesgo de diabetes tipo 2" pero las alternativas saludables y 'zero' existen.