Estos son los graves peligros de jugar con tu perro con una pelota de tenis
Suele ser uno de los juegos más habituales entre dueños y mascotas: lanzar la pelota y que vaya a por ella. Pero cuidado, puede suponer un riesgo para el animal
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Es uno de los juguetes más habituales en cada casa que tiene una mascota dentro: una pelota de tenis con la marca de los dientes del perro. La lanzamos, el animal sale disparado hacia ella, la recoge con la boca y, o bien la esconde, o bien la trae de vuelta al dueño para que la lance de nuevo. No obstante, por más beneficios que pueda traer un simple juego, también puede suponer un grave riesgo para el can del que no nos percatamos porque puede estar ocurriendo dentro del propio perro.
No obstante, existen varias ventajas incluidas en realizar actividades de ese tipo con tu mascota. Para empezar, jugar con una pelota favorece a su desarrollo mental, además de ejercitar su cuerpo. Además, podemos utilizar la propia pelota para realizar juegos de inteligencia con el animal. Incluso podemos introducir variaciones como, en lugar de lanzar el juguete, esconderlo premeditadamente junto a un 'snack' o chuchería para que el animal trate de encontrarlo utilizando únicamente su olfato para desarrollarlo.
Los peligros de la pelota de tenis
No obstante, tenemos que ser muy selectivos con el juguete porque una pelota de tenis puede no resultar la mejor de las ideas. Un grupo de veterinarios de Colorado, en Estados Unidos, ha avisado de los dos peligros que representan estas bolas para los canes. Lo primero de lo que alertan es de que el pelaje amarillo de la pelota puede "actuar como una fina lija en el esmalte de los dientes", algo que lo iría desgastando hasta el punto de desembocar en una obstrucción para los intestinos del animal, además de dañar el esmalte de los dientes.
Pero lo que puede ser incluso más dañino es el plástico que contiene la pelota de tenis. Tal y como mantiene el grupo de veterinarios, los pequeños trozos que se deshacen al morderlos pueden meterse en la parte posterior de la garganta bloqueando las vías respiratorias. “Los pedazos de goma pueden atascarse en el tracto intestinal, lo cual es una situación de emergencia que requiere una urgente intervención quirúrgica”, comentan.
El riesgo de la ansiedad con la pelota
No obstante, otros expertos avisan de que, al margen del peligro directo para el interior de los animales, existe un riesgo en este juego de la pelota de tenis que atañe también a su comportamiento y a la ansiedad que presentan. En el momento en el que se convierte una obsesión para ellos en lugar de un juego suele acarrear la aparición de síntomas como la hiperactividad, ansiedad o nerviosismo, así como taquicardias. Incluso puede derivas en ladridos incontrolados.
Por ello, y para controlar este tipo de reacciones en los animales debemos tener en cuenta que debe ser la persona que tiene el juguete el que debe iniciar y terminar la actividad, y no el perro. A todo eso hay que añadirle que tenemos que tener la cabeza fría y no confundir ansiedad con felicidad, además de sólo comenzar el juego cuando veamos que el animal está calmado. Bajo ninguna circunstancia debemos empezar si está llorando o ladrando, sino que deberíamos esperar a que estuviese sentado y esperando.