Nuestra vida no es igual desde hace 50 años: aquel "ladrillo" o "zapatófono" que te comunicaba sin hilos

El 3 de abril de 1973, el entonces jefe de ingenieros de Motorola, Martin Cooper, llamó a Joel Engel, quien era su principal rival, con un Motorola DynaTAC 8000x

Sefi García

Publicado el - Actualizado

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Hace 50 años se produjo un hecho que cambio nuestra vida para siempre. En Nueva York, un ingeniero realizó la primera llamada por un teléfono móvil personal, desde la calle. No fue fácil, para esos primeros segundos de comunicación entre personas, hubo que crear una infraestructura que no existía, sólo para esos segundos. 50 años después, en nuestro país hay cincuenta y seis millones de líneas telefónicas, el 87 % con Internet. Nuestra vida no ha vuelto a ser la misma.

El 3 de abril de 1973, el entonces jefe de ingenieros de Motorola, Martin Cooper, llamó a Joel Engel, quien en ese momento era su principal rival, con un Motorola DynaTAC 8000x desde una calle de Nueva York, mientras iba de camino a patentar el nuevo aparato. Aquella primera llamada se hizo con un aparato que medía “23 centímetros de altura sin considerar la antena, hasta 33, tenía 13 centímetros de profundidad. Pesaba dos kilos, la batería duraba 30 minutos. A ese aparato se le dieron motes ladrillo y zapatófono”, nos recuerda Rogelio Martínez Perea, profesor de Telemática y Computación en la Universidad Comillas ICADE. Y no fue fácil establecer esa conexión. “tuvieron que conectar la red fija del operador más importante ATITE, el principal competidos de Motorola, para poder realizarla”.

Tres años después, la telefonía móvil llegó a nuestro país con la puesta en servicio del "Teléfono automático en vehículos" (TAV) por la entonces Compañía Telefónica Nacional de España y solo en Madrid y Barcelona. En 1992, había 180.000 usuarios, el móvil se llevaba en el coche. Hasta 1995 no llegaría la tecnología para los terminales móviles personales. Y se produjo el boom. Raro era vez a finales de los años 90 a alguien utilizándolos por la calle, eran caros, analógicos.

Nuestro primeros móviles

“Yo tuve mi primer móvil en 1997 -nos cuenta Raquel-. Se parecía a los inalámbricos que había en la época. Recuerdo que había que quitarle la batería para cargarla y tardaba un montón de horas. En un bolsillo, desde luego, no lo podías meter como los de ahora, y solo podías hacer llamadas. Recuerdo que tenía una pantallita pequeña, naranja y que los números se iluminaban”.

En aquel año, en 1997, se vendieron cuatro millones trescientas mil unidades. Y eso que todavía usaban tecnología analógica, eran los MoviLine.

En 2002, España contaba ya con treinta y dos millones de líneas móviles, ya con tecnología digital. “La capacidad de transmisión de datos por móviles se multiplicó en 25 años por cien mil. El 2G, tenía algunos miles de bites por segundo, y el 5G tiene velocidades máximas superiores a un Gigabit. ¿En qué otra área de la tecnología se ha producido tal avance tecnológico?”, se pregunta el profesor Martínez Perea.

¿Qué nos encontraremos en el futuro?

Los teléfonos móviles conectaron personas, y no solo lugares en sus inicios. Luego nos permitieron almacenar en un dispositivo, que cabe en la palma de la mano, parte de nuestra vida; interactuar con los otros a través de servicios de mensajería; hacer fotos, vídeos, las redes sociales, la lista de la compra, pagar... Hoy todo está en nuestros terminales personales, en una espiral tan práctica como diabólica. Y esa espiral todavía no ha tocado techo.

“Las tecnologías móviles van a ser en el futuro inmediato, más y más relevantes. Y no solo para conectar personas, “para hacer viables los coches autónomos, por ejemplo, vaticina el experto, una de las funcionalidades que trae el 5G es que trae un retraso muy bajo, o para avanzar en la industria conectada, que permite controlar procesos industriales muy precisos y en tiempo real, sin errores. O imaginaos la posibilidad de hacer operaciones quirúrgicas a distancia que permite controlar un bisturí remotamente por un experto cirujano en determinada especialidad, o el metaverso”.

Esto en el corto plazo. Imposible imaginar lo que nos depararán los móviles en un futuro más lejano.

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