El anuncio de la Lotería de Navidad que cambió la forma de vender décimos: ¿Cómo fue el spot de 1998?

Hace casi 25 años un anuncio de la Lotería revolucionó a los espectadores y cambió la expectación alrededor de la publicidad navideña

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Año 1998. En una época en la que todavía la mayoría de familias se sentaban al televisor, en pleno 'boom' de las cadenas de televisión privadas, lo habitual era sentarse todos alrededor del sofá para disfrutar de la serie de televisión, programa o película que emitiesen esa noche. Ya llegaba el mes de diciembre y el bloque de anuncios comenzaba a pasar, cada vez de menos a más, el clásico anuncio de Lotería de Navidad de cada año.

En los últimos años el anuncio era algo breve, niños preparándose, pajarita en cuello, para cantar los números de la suerte. Cámaras, luces, voz en off... Pero algo estaba cambiando. ONCE hacía sus propios anuncios de Navidad y probaban con bromas entre los Reyes Magos y un Baltasar que les reconocía en medio de un bar mientras tomaban un café. La publicidad cada vez se hacía más sofisticada, más elaborada, la herencia cultural de los estadounidenses dictaba que ya no valía con un montaje, y música navideña, ahora tenía que llamar a las emociones, generar curiosidad o, en el caso de 1998, conventirse en un mito.

El anuncio de la Lotería de Navidad de 1998

Pero en 1998 todo cambiaba. Clive Arrindell, actor de origen británico, cogía una bola de Navidad y la soplaba en una imagen en blanco y negro que se mantiene durante todo el anuncio, como si de un cuento clásico se tratase. Mientras se asoma al tejado de un edificio para ver a los 'espíritus' navideños, suena la banda sonora de "Café para estudiantes", compuesta por Maurice Jarre en 1965. Como si del propio confeti de la bola se tratase, llueven décimos de lotería en el suelo de la ciudad. Y entonces suena un slogan: “Que la suerte te acompañe”.

Una frase que quedaría impregnada en el imaginario popular para los años posteriores. Y es que tal fue la sensación con el spot que repitió formato al año siguiente. Y al siguiente, y al siguiente. Así hasta 2005, Arrindell siguió siendo el protagonista absoluto de la lotería de Navidad, todo un icono. El slogan caló hondo y cada vez los anuncios retorcían más y más el formato de cuento clásico.

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La Lotería, de 2005 en adelante

Una racha que duró seis años más. El calvo de la lotería se convirtió en un mito, cambiaba la música pero no la estética o el protagonista. Al menos, no hasta que la propia Administración de Loterías y Apuestas del Estado decidió que Arrindell estaba “ensombreciendo la marca” y decidieron cambiar drásticamente el rumbo.

"Llevábamos ocho años haciendo lo mismo y necesitábamos cambiar porque la publicidad exige asumir riesgos", explicaba en 2006 César Palazuelos, portavoz de Loterías y Apuestas del Estado. Eso sí, el actor británico siguió cobrando entre 120.000 y 150.000 euros cada año para las siguientes cuatro navidades, aunque no protagonizase los spots. Ahora, 15 años después, continúa en su Londres natal con su trabajo en la interpretación, dando vida recientemente a un personaje en la famosa serie Netflix, 'The Crown', basada en la historia de la Casa de Windsor.

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Ahora los anuncios han evolucionado, son muy diferentes al “que la suerte te acompañe”: en el imaginario popular ya ha quedado la tierna animación de Justino de 2015 o los memes con el dueño del bar que le guardaba el décimo al vecino que siempre compraba. La emoción y las historias humanas han dejado de lado al misticismo y cada año la Administración busca sorprender, pero todo cambió en 1998, cuando la nueva publicidad llegó a las navidades españolas para quedarse.

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