La vida después de que les tocara la Lotería de Navidad: "Es una tranquilidad, pero hay que seguir trabajando"

Agraciados por la fortuna, los premiados explican que el dinero se ha invertido en reformas, coches y viajes. Lo fundamental es no dilapidarlo, aseguran

El Bar Cascudo

Marcelino Abad

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El Gordo de Navidad te cambia la vida. Unas veces para bien y otras para mal. Lo que está claro es que los 400.000 euros con los que está dotado el primer premio no dejan indiferente a nadie.

A la espuma del champán recién descorchado le siguen, años después, historias como las que se tejen en el "Bar Cascudo", ubicado en la parroquia lucense de San Juan, en Vilalba. En 2017 vendió 550 décimos del número 71.198, agraciado con el premio Gordo del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. En total, repartió 544 millones de euros en el pueblo que vio nacer a Manuel Fraga, de apenas 15.000 habitantes.

Dos años después, David Emil, el hijo de los dueños, se sigue levantando para preparar los primeros cafés de la mañana. Según relata a COPE.es, sus padres, él y su hermana resultaron agraciados cada uno con un décimo ganador. En total, a esta familia le tocó un millón doscientos mil euros. Un "colchón", como él lo define, que no le ha librado de seguir trabajando.

"TENEMOS QUE SEGUIR TIRANDO DEL NEGOCIO"

"Somos muy jóvenes y tenemos que seguir tirando del negocio", explica. De hecho, parte del premio lo han destinado a "reformas que hacían falta". Pese a ello, reconoce que levantarse para ir a trabajar con la seguridad de tener 400.000 euros en el banco hace que se coloque "más tranquilo" detrás de la barra.

Cuando los niños de San Ildefonso repartieron fortuna en "A Terra Chá", Emil se quedó en "shock", lo que pasados unos minutos dejó paso a "mucha alegría". Dos años después, reconoce que su familia no saboreó el momento como se merecía debido al "estrés y a la carga de trabajo".

Una imagen del día que el Bar Cascudo repartió fortuna

Una imagen del día que el Bar Cascudo repartió fortuna

En el pueblo se ha notado la fortuna, explica, sobre todo "en la compra de coches y en la reparación de viviendas", aunque "no se ven cosas extrañas". "La gente se ha dado algún capricho, pero aquí no se tira el dinero", asegura.

Lo que este lucense sí ha notado es un aumento en la venta de lotería. Este año su negocio apuesta por el número 34.858, aunque en 10 días a la venta ya se han agotado los décimos. 

COCHES NUEVOS Y MUCHAS REFORMAS

La misma "alegría" que David la experimentó Marisol Martínez a las 9 y media de la mañana del 22 de diciembre del año pasado. "Me había levantado cuando salió el cuarto premio. Le digo a mi marido: -'Ha tocado en Madrid y Barcelona'. -'Donde toca siempre', me respondió él. -'Pues todos los números están en el bombo', le dije. En ese momento salió mi número. Empecé a chillar. No sabía lo que me había tocado, solo que yo tenía ese número", explica.

Esta almanseña resultó agraciada con 100.000 euros que ha invertido en arreglar su casa del campo. "Me he hecho unas piscina, con mi marido he ido de viaje a Salamanca y he hecho una comida con mi familia", explica. El premio no afectó a su trabajo porque se había jubilado dos años antes.

El 21.015 fue el número que regó con más de 150 millones de euros Almansa, un pueblo de unos 25.000 habitantes del sureste de la provincia de Albacete. Se trató de un premio muy repartido. Además de como décimo, fue distribuido por asociaciones mediante papeletas, entre ellas una de peluquería.

Vecinos de la localidad de Almansa festejan el segundo premio de la Lotería

Vecinos de la localidad de Almansa festejan el segundo premio de la Lotería

Martínez asegura que la gente de Almansa no ha dilapidado el dinero, pero sí se ven "muchos coches nuevos y muchas reformas". Tanto es así que su prima ha tenido que esperar un tiempo para encontrar un albañil dispuesto a darle un lavado de cara a su vivienda.

"PENSAMOS QUE HABÍA PASADO ALGO MALO"

Esta almanseña compró un décimo para ella y otro más para sus dos hijos, que resultaron agraciados con 50.000 euros cada uno. Su nuera, Ana Romero, recuerda el momento: "Estábamos durmiendo cuando nos llamaron porque habíamos salido de fiesta. Nos despertamos pensando que había pasado algo malo porque la llamada se entrecortaba. Mi suegra estaba llorando y no se le entendía bien. Cuando nos calmamos, llamamos otra vez y ya nos fuimos a su casa", relata emocionada.

Ese día hicieron una comida con champán, aunque a partir de entonces "fue todo igual". "Nos vino muy bien el premio porque a mi pareja la habían echado del trabajo tres días antes, pero de momento tenemos el dinero guardado en el banco. Cuando estemos más estables le quitaremos algún pellizco a la hipoteca", comenta. Ni ella ni su novio han dejado la escuela, donde trabajan como maestros.

EL "SÍNDROME DEL NUEVO RICO"

Como dijo Confucio, "algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae". Y es que, no es inusual el "síndrome del nuevo rico", tomado del inglés "sudden wealth syndrome". Según el psicólogo Stephen Goldbart, la gente que gana grandes cantidades de dinero tiene que lidiar con su nuevo estatus, lo que hace que muchas veces no sepa cómo manejar esta situación y experimente síntomas como el aislamiento, el sentimiento de culpa y un miedo irracional a perder la suma ganada. 

Una situación que ninguno de los entrevistados ha experimentado porque si algo tienen claro es que el premio les ha ayudado. Para que la lotería no se convierta en un caramelo envenenado, dicen que lo fundamental es invertir con cabeza y no hacer del premio una fiesta de gasto salvaje.

Los nombres de Marisol Martínez y Ana Romero son ficticios por decisión de las entrevistadas, que han preferido preservar su identidad

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