Les visita el presidente de Italia, se ponen a asfaltar las calles y no dan crédito a lo que se dejan debajo cuando terminan: "Ni en 100 años"

Agrigento, una ciudad siciliana, ha sido noticia en los últimos días por un incidente surrealista, por el cual han requerido incluso que varios operarios tengan que usar un detector de metales

La que han liado en este municipio de Italia no tiene nombre

Luis Calabor

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El asfaltado de calles y carreteras es una tarea esencial para garantizar la seguridad vial y la comodidad tanto de conductores como de peatones. Además de prevenir accidentes, un pavimento bien cuidado ayuda a mantener un tráfico fluido y asegura la correcta gestión del agua de lluvia gracias al acceso adecuado a las alcantarillas.

Sin embargo, no siempre estas obras se llevan a cabo con la planificación necesaria. En ocasiones, la prisa por presentar una buena imagen ante eventos importantes puede llevar a situaciones inesperadas. Este es el caso de Agrigento, una ciudad siciliana que recientemente vivió un incidente insólito con sus labores de asfaltado.

Agrigento, capital italiana de la cultura

Agrigento, la capital de la cultura... y de los problemas

La ciudad de Agrigento, ubicada en la isla italiana de Sicilia, se preparaba para recibir al presidente de la República, Sergio Mattarella, con motivo de la inauguración del año en que fue nombrada Capital Italiana de la Cultura. Las autoridades locales, conscientes de que las calles por las que pasaría la comitiva presidencial no estaban en las mejores condiciones, decidieron reasfaltarlas a contrarreloj.

El proyecto, que contaba con un presupuesto de 510.000 euros, se llevó a cabo con rapidez. Aunque el resultado parecía impecable, días después salió a la luz un problema inesperado con el cual los vecinos no dieron crédito: se habían dejado debajo algo muy, muy importante, aunque suene surrealista. Porque era un problema bastante grande: las alcantarillas habían quedado completamente enterradas bajo el nuevo asfalto, eliminando el sistema de desagüe de la vía.

Tras la visita del presidente y el fin de semana de celebraciones, los obreros regresaron al lugar con detectores de metales para localizar las alcantarillas enterradas. Esta escena no tardó en llamar la atención de los vecinos, quienes se preguntaban por qué no se habían marcado previamente las ubicaciones de los desagües para facilitar el proceso.

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A pesar de las críticas, las alcantarillas fueron encontradas y rescatadas, y las carreteras recuperaron su funcionalidad. Sin embargo, este incidente ha puesto en el foco de la sociedad italiana la importancia de realizar las obras con planificación adecuada, incluso cuando el tiempo es limitado.

Desde el Ayuntamiento de Agrigento, las autoridades aseguran que el entierro de las alcantarillas no fue un despiste, sino una decisión calculada debido a la urgencia de las obras. Según explicaron, el presupuesto ya contemplaba el coste adicional de desenterrar y acondicionar las alcantarillas una vez finalizado el evento.

"Había tanta prisa por asfaltar la vía que se decidió hacerlo completamente, ignorando temporalmente las alcantarillas, pero conscientes de que serían recuperadas en pocos días", señalaron fuentes municipales.

Como uno se puede imaginar, los comentarios al reel subido a redes sociales son un auténtico poema. "¿En serio? Vamos muy bien en cultura, pero no en inteligencia. Santo cielo. Qué chiste", señala una ciudadana italiana. "Italia no es un país, es una experiencia", explicaba en tono irónico otra en los comentarios. 

Algunos tiran ya de una ironía muy fina y supina. "Esto es arte contemporáneo inmersivo. El artista, equipado con un detector de metales, está creando una experiencia", dice Marco. Desde luego, la gente no se cree del todo las explicaciones del ayuntamiento. Ni mucho menos.

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