Mutagénesis letal: ¿solución contra la Covid mientras llegan las vacunas?
La mutagénesis letal consiste en usar las propias armas genéticas en contra, en este caso del coronavirus, hasta llevarle a la muerte
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Científicos de todo el mundo no cejan en su búsqueda para encontrar la cura contra el SARS-CoV-2. Noticia de esta semana es que investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas se han unido al consorcio internacional COVID-NMR para desentrañar la estructura más profunda del coronavirus que está causando una de las peores pandemias (o sindemia como prefieren denominarla algunos científicos) del mundo postmoderno, del mundo globalizado, la de la Covid-19.
Estos últimos días, también hemos conocido que el haber superado la Covid no te proporciona inmunidad, no al menos la inmunidad total al virus. Te puedes reinfectar e incluso enfermar de manera más grave que la primera vez. Es lo que le ha pasado a un joven estadounidense de 25 años y sin patologías previas. Este chico de Washoe County en el estado de Nevada, se ha infectado con dos variantes de Covid-19 en un periodo de 48 días, dando negativo, por dos veces, durante el periodo en el que superó la enfermedad por primera vez y la segunda infección que ha sido más grave que la primera, necesitando hospitalización y tratamiento con oxígeno.
Su caso, el de Nevada, es el vigesimoquinto de reinfección confirmado en todo el mundo. Hasta el momento, solo una mujer reinfectada, una holandesa de 89 años y enferma a su vez de cáncer, ha muerto. La anciana volvió a contagiarse, dos meses después de superarlo, por otra cepa del virus. Todas estas recaídas llevan a los investigadores a varias hipótesis: primera, que los enfermos hayan estado expuestos a una mayor y gran carga viral; segunda, que se hubieran encontrado con una versión del virus más virulenta. Tampoco se puede pasar por alto que, aunque no se reflejara en las pruebas- en los test-, el virus no hubiera desaparecido de sus cuerpos y se hubiese "reactivado".
El toparse con una versión del virus más virulenta es un temor que preocupa gravemente al mundo científico y a los médicos que luchan cada día contra el coronavirus, acostumbrados a que otro virus, el de la gripe común, evoluciona y muta cada año.
Los virus ARN tienen una gran capacidad para mutar
El coronavirus como el virus de la gripe o como el del sida pertenecen al grupo de virus cuyo material genético es el ARN. Dicho así, a los profanos de la ciencia, a los que somos ajenos a la virología pues no nos dice nada, pero que un virus sea ARN significa que ese material genético es ácido ribonucleico.
La diferencia entre el ARN y el ADN viene a ser que el ADN contiene la información genética, el "manual de instrucción" para desarrollarnos, vivir y reproducirnos y el ARN es el que permite que esta información sea comprendida por las células. El ARN está compuesto por una cadena simple, al contrario del ADN, que tiene una doble cadena. Entre las similitudes podríamos decir que tanto el ADN como el ARN experimentan mutaciones.
Las mutaciones permiten que las especies evolucionen y se adapten a su entorno. En definitiva, que la vida continúe que en el caso de los humanos es muy positivo, pero no podemos decir lo mismo de los virus, salvo que estos se debiliten y no consigan enfermar a las personas.
Para los investigadores, la mutación, hablando de virus es un arma de doble filo. Por un lado, los virus al tener genomas más pequeños se pueden mutar con más frecuencia, pero, por otro lado, al mutarse tanto cometen errores.
Vamos con un ejemplo que siempre se entiende mejor: el ARN, el material genético contiene, por tanto, información codificada lo que podríamos llamar, código genético. El código está escrito en cuatro letras: A- G- C y U. Cada letra representa un compuesto químico o nucleótido, y su orden, al igual que el orden de las letras en una palabra, determina el mensaje que se transmite. En los virus, el orden de las letras son las instrucciones para que se copie a sí mismo. Pero al multiplicarse, al replicarse con mucha frecuencia, que es lo que hacen los virus, esta secuencia genética muta, las letras cambian de orden, cometen errores, podríamos decir que el mensaje es ininteligible, no llega bien al receptor.
Ese es el error de los virus ARN, como el coronavirus, que mutan mucho más de lo que su carga genética puede soportar y ese error puede convertirse en un arma en manos de la ciencia para luchar contra él, para combatirlo mientras llegan las vacunas. Es lo que se llama mutagénesis letal.
Mutagénesis letal contra el coronavirus
"La extinción de los virus ARN, aumentando su tasa de mutación por encima de un límite máximo tolerable, es el fenómeno denominado mutagénesis letal" como podemos leer en "Mutación y extinción. De la catástrofe de error a la defección letal", tesis doctoral de Héctor Tejero Franco del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense.
Señala el doctor Tejero Franco que la mutagénesis letal ha demostrado ser un tratamiento eficaz in vitro para virus tan diferentes como el HIV-1, el FMDV (foot and mouth disease virus, o virus de la fiebre aftosa), el LCMV (lymp- hocytic choriomeningitis virus, o virus de la coriomeningitis linfocitaria), poliovirus, etc.
¿En qué consiste la mutagénesis letal? "Básicamente, en someter a un virus RNA a una serie pases en presencia de un mutágeno. Se considera que el virus se extingue cuando tras tres pases “en ciego” en ausencia de mutágeno no se encuentran ni partículas infecciosas ni RNA viral" señala el experto en Bioquímica y Biología molecular que añade que "la extinción del virus se produce debido a la acumulación de mutaciones" que producen "una brusca pérdida de infectividad específica de la población viral" porque "la caída de infectividad es mayor que su capacidad replicativa".
Uno de los primeros científicos que desarrolló la mutagénesis letal - hace ya tres décadas-, es el bioquímico español y académico de la RAC, Esteban Domingo que explica la mutagénesis como el proceso de "mutar hasta morir" y pese a la complejidad, lo simplifica: "si aumentamos el nivel de mutación del virus se incrementa su tasa de error".
Si durante el proceso de mutación de un virus, el 50 por ciento de la población resultante es inviable, ya no infecta, si obligamos al virus a mutar diez veces más, la población resultante no contagiosa puede llegar hasta el 99,9 por ciento. Lo que es todo un éxito en la lucha contra el virus.
Para conseguir la mutagénesis se emplean fármacos como la ribavirina con una alta eficacia antiviral y que sobre la que se está investigando para saber si esa eficacia sirve también con el SARS-CoV-2.