El sencillo ejercicio con el que puedes evitar la incontinencia: ojo a los horarios de tu rutina
Se trata de un problema de salud que afecta a todos los grupos de la población sin importar su edad
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
La incontinencia urinaria es un problema de salud que afecta a todos los grupos de la población sin importar su edad. Pero curiosamente, el porcentaje es mayor cuando hablamos de la población femenina. Los expertos del Área de Salud este de Valladolid, calcularon en 2020 que el 24% de las mujeres españolas padecen esta patología de forma prevalente, mientras que solo afecta de la misma forma al 7% de los hombres.
Las probabilidades aumentan con la edad
Aunque este problema afecta a todos los grupos de edad, hay que recalcar que se detecta un mayor porcentaje de esta en las mujeres de mediana edad, afecta a un 40%. En cambio, en la edad geriátrica, esta cifra aumenta hasta el 50% de las mujeres.
Aunque cada sexo lleva asociado unas circunstancias específicas que hacen que estas posibilidades sean mayores. Como los problemas de próstata en los hombres, o los embarazos y la menopausia en las mujeres. Sin embargo, también puede estar relacionada con otro tipo de factores como la genética o una intervención quirúrgica.
Curiosamente, en la población masculina, la incontinencia urinaria es un tema tabú. Es decir, la mayoría de los que sufren esta patología no consultan ni reconocen que la tienen. En cambio, en las mujeres es todo lo contrario. Algunos de los motivos, según la enfermera de Atención Primaria del Servicio Canario de Salud, María José Garcés, son la costumbre de ir al ginecólogo "desde jóvenes" y a que tienen una "educación más abierta" en lo que respecta al "aparato genitourinario".
Aun así, la incontinencia urinaria llega a tener un gran impacto dentro de las esferas de la vida de las mujeres que la padecen. Pues condiciona sus actividades, vida social e íntima. Además, en el caso de que no se tomen las medidas necesarias, esto puede llevar a varios trastornos psicológicos.
¿Qué se puede hacer?
Tener un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado en la Atención Primaria son cosas fundamentales para la persona que tiene este problema. Además, reducir el consumo de tabaco, alcohol y de bebidas con altos niveles de cafeína puede ser una buena forma de empezar a recuperar el control de nuestra vejiga. Otro factor que ayuda bastante es cuidar nuestra alimentación.
De hecho, según los expertos, la vejiga también se puede entrenar. ¿Cómo? Podemos orinar en dos tiempos, es decir, vacías la mitad de la vejiga y, más tarde, la otra mitad para fortalecer los músculos de la misma. También podemos contenernos unos 10 o 15 minutos antes de ir a baño. Además, tener horarios programados para ir al baño puede ser otra opción.
Otra alternativa, que es muy recomendable, es realizar los ejercicios de Kegel para ayudar a fortalecer los músculos del suelo pélvico, que es el encargado de sostener los órganos abdominales como son el útero, la vejiga o los intestinos.
Además, mientras estamos en el proceso de recuperar el control de nuestra vejiga, podemos usar compresas absorbentes para las pérdidas de orina. Hay que destacar que este tipo de productos no son sinónimo de mala higiene, sino una ayuda para las personas que sufren incontinencia urinaria, proporcionándoles seguridad al poder evitar, con este tipo de productos, una situación incómoda.