EN 'LA LINTERNA'
Colmenarejo: “Hay que dar un abrazo a nuestro compañero Tomás Guasch”
El director de ‘La Linterna’, Juan Pablo Colmenarejo, ha centrado su análisis del martes en las pintadas en la casa del compañero de Cope, Guasch, así como en el juicio por la agresión a los guardias civiles de Alsasua y en el proceso judicial contra el golpe de estado en Cataluña
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Juan Pablo Colmenarejo arrancaba este martes “hay que darle un fuerte abrazo a nuestro compañero Tomás Guasch cuya vivienda ha sido violentada con pintadas, insultos al bueno de Tomás porque se ha atrevido a alzar la voz contra la imposición supremacista del independentismo en Cataluña. El gran Guasch se ha mojado junto con Albert Boadella en la sátira del proceso, en lo que se ha llamado Tabarnia en el uso de su libertad”. Y continúa “hay que borrar las pintadas y a seguir. Es fácil de decir y más complicado de hacer pero en el caso de personas como Tomás Guasch nos sentimos muy orgullosos de compartir con él, por ejemplo este micrófono”. Y concluye “lo que empieza a pasar en Cataluña, las amenazas, los sabotajes y la presión es para muchos un recordatorio de algunos de los comportamientos que padecieron miles de personas en el País Vasco”.
Sobre el juicio a los agresores de dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua, el director de ‘La Linterna’ comenta “lo que tampoco provoca sorpresa sino estremecimiento y terror es el relato hecho hoy por los guardias civiles y sus mujeres en el juicio a los autores de la paliza en el bar de Alsasua propinada por un grupo de individuos pertenecientes, según las Fiscalía y la Guardia Civil, a grupos de simpatizantes de ETA”. Y concluye “los procesados negaron ayer los hechos. Se les juzga por lesiones terrorista. Ya dirá el tribunal pero como mínimo hay el odio de los años del plomo y los centenares de guardias civiles asesinados por ETA”.
Juan Pablo Colmenarejo también se hacía eco del auto de la Sala de Apelaciones del Supremo “desmonta la decisión del tribunal alemán que niega, extralimitándose en sus competencias, que hubiera rebelión en el golpe de estado de octubre. Dicen sus señorías del Supremo que en este caso la violencia física pasa a un segundo lugar cuando el delito de rebelión se comete desde un poder constitucional establecido. Las personas que llevaban la iniciativa tenían el poder constitucional y lo utilizaron para desgajar Cataluña del Estado”.