Cosas de radio patio: ¿Preparados para cambiar de año?

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Cinta Molina

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

¡Esto se acaba, señores! Queda nada. Mi hijo ha puesto un contador para saber a cuántos minutos estamos del año que viene. 2019. Si parece que era ayer cuando estábamos cambiando de siglo. Sí, estoy en esa edad en la que miro hacia el pasado y hago comparaciones. Pero para atrás solo para coger impulso.

Son días de balances y de nuevos propósitos.

Yo os propongo unos momentos de mirada interior, hacer resumen y pensad ¿cuántos días del año os habéis levantado con ilusión? Aunque fuera por algo sencillo. ¿Pocos? Pues eso hay que mejorarlo. Da igual cómo nos esté tratando la vida, por salud mental hay que levantarse, sonreír y dar gracias a Dios. Un nuevo día lleno de posibilidades, aunque sean de andar por casa. Los pensamientos negativos nos rodean, nos influyen y nos hacen retroceder. Descartados en el año nuevo.

¿Habéis mirado a vuestro alrededor? Pues tampoco estamos tan mal.

Si, ya, ejercicio, régimen, comida sana... cuidarse y cuidar de los que tenemos cerca. Ninguna exageración que en mesura está el equilibrio. Ni tanto ni tan poco. De lo que sea.

¿Os he contado que en mi casa ya no cabe más gente? Igual este año nos superamos. Yo he pensado en huir, pero ¿quién les iba a poner música para bailar al empezar el año?

Si, hay baile. Movemos las mesas, sacamos la bola de discoteca, las boas de colores, la serpentina y se pone música de todos los tiempos, aunque los abuelos no entiendan el reggeatton y los niños no quieran bailar pasodobles. ¡“El año que viene me tomo las uvas en una playa en bañador”! Es mi frase de cada año. Igual en 2019... lo que tenga que ser será.

Yo, en 2019, quiero tener tiempo. De ese que me falta, a veces. Del de ver a aquella amiga que está malita, luchando, verla sonreír, charlar tranquilamente con ella, sin prisas. Regalar minutos a los que nos llenan el corazón y no a los que nos roban la alegría. Ni un pensamiento para los que no se lo merecen. No hay que esconder lo que no nos gusta, pero sí que debemos dar prioridad a quien aporte cosas buenas. La importancia de la balanza. ¿Hacia dónde se inclina la tuya? ¿Merece la pena?

Mis chicas favoritas lo tienen claro. De las piedras sacamos chistes, comparaciones y palabros. Al enemigo ni agua y aunque “estemos rodeados” y “nos fallen los nuestros”, tenemos un club de fans ,entre nosotras, de nosotras, que levanta el ánimo a cualquiera. Y así será porque a los amigos hay que cuidarlos y esto tiene dos direcciones. Además la tecnología nos lo pone cada día más fácil. ¿Para cuándo vídeo chats con más de cuatro participantes?

Un salto hacia delante. Eso es cambiar de año. Qué suerte tenemos de vivirlo y contarlo.

No nos pongamos metas imposibles, no nos quejemos de todo, que parecemos de la “canción de protesta”, que dice mi madre. No todo es apechugar. ¿No lo veis? Hay mucho bueno a nuestro lado, pero lo malo es más escandaloso.

Que el 2019 nos pille bailando, sonriendo. Añorando a los que no están pero pensando en la suerte que tuvimos al tenerlos.

Deseo... que aprendamos a ponernos en el lugar del otro. Sin tanto “yo” y más “nosotros”.

Menos ombligos y más horizontes. Y trabajo en equipo, que juntos podemos mejor.

Venga, a preparar tus mejores galas, que hay que celebrarlo. Cada uno a su manera. Aquí somos exagerados, tampoco es necesario, pero en esta casa es sesión continua de fiesta. Igual no lo hemos elegido, pero es nuestra manera de celebrar que estamos un día más. Tenemos suerte, mucha suerte. Algunos tienen mucha más, sí, pero la nuestra no está mal. No seamos envidiosos, que está muy feo.

Cambiemos de año y hagámoslo mejor. Entre todos.

Que acabéis bien el año y empecéis el siguiente con alegría e ilusión.

Os deseo mucha RADIO.