Navidad en familia: así la celebran los Pérez Pérez en Jerez
Tradición belenista, zambombas, decoración, gastronomía o Reyes Magos son relatados tanto por Luis María y Raquel, los padres, como por sus hijos Jesús, David y Lucía
Jerez - Publicado el - Actualizado
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Posan junto al diorama que se convierte en la aportación de Luis María Pérez, el padre, a la XLV Exposición del Arte del Nacimiento. Su condición belenista no es afición aislada. Raquel, la madre, es hija de un histórico de estas creaciones artísticas en Jerez de la Frontera, el conocido Miguel Pérez Carrillo. Ello caracteriza tanto a la familia que, en cuanto ha quedado espacio, una vez trasladado el diorama a los Claustros de Santo Domingo, el progenitor ha instalado el belén familiar mientras los hijos se ocupan de un tercer nacimiento. Jesús (10 años), David (8) y la pequeña Lucía (5) dan su impronta, personal e intransferible, el que ellos también montan con ilusión cada año.
"Lo he vivido y mamado desde pequeñita, colaborando mucho con él (con el abuelo Miguel) y, por eso, a mí el revuelo que liamos en casa todas las navidades no me cuesta trabajo, al revés, lo disfrutamos, es muy agradable", reconoce Raquel. La afirmación deja sentado, de modo implícito, que las incomodidades que suele generar el belenismo a gran escala no tiene en ella a la sufrida ama de casa que lleva como puede tanto desbarajuste. Disfrutan de ello y también de esa otra imponente tradición de la Navidad en Jerez: las zambombas, con sorprendente gentío por todas partes, especialmente este año.
Las buscan lo más tradicionales posible, familiares como las de la Asociación de Belenistas o la Hermandad de la Borriquita. "Los niños también pueden participar, cantamos villancicos antiguos, disfrutar de zambombas que todavía mantienen lo que yo llamo tradicional" apunta Raquel interrumpida por Jesús: "Yo en casa de los abuelos sé tocar la zambomba". "Campana sobre campana", se suma su hermano David teniendo en cuenta el villancico que más le gusta. Docente de profesión, Luis María mira complacido como sus hijos van asumiendo las dos grandes herencias de la tradición navideña jerezana: el belenismo y las zambombas.
Los Pérez Pérez acostumbran a pasar los días grandes en casa de los abuelos, de uno y otro lado. "La Nochebuena en casa de mis padres, con mis hermanos y sobrina, y la Navidad en casa de la familia de Luis, con mi suegra, mi cuñada, mis sobrinos y demás", dice Raquel. Disfrutan de comidas típicas. "El cordero le sale muy rico a mi suegra, mi madre se ocupa del pucherito, que no falte sobre todo para los niños, y de postre los pestiños y las empanadillas de mi madre no pueden faltar". Las quedadas familiares para hacer unos y otras es también una parte tan entrañable como divertida de la Navidad de esta familia.
"Los niños también participan, mi suegra echa una mano, tías mías..." Un delicioso lío de preparativos culinarios de los que los niños sacan partido con esos paladares en desarrollo recibiendo los mejores estímulos. Jesús asegura apuntarse con gusto al cordero y los pestiños, David al puchero y los mazapanes y Lucía, que ya había señalado su pasión por los bombones, nos descubre uno salado y de paso una habilidad del abuelo Miguel: "El jamón...". "Mi padre lo corta muy bien", completa la madre.
¿Y la decoración de la casa? David nos lo explica con la candidez de sus pocos años: "Ponemos en el árbol la estrella, en la parte superior ponemos unos gnomos, un hada, también ponemos luces..." La casa es toda una protagonista de la Navidad y la decoración que despliegan es un elemento fundamental cuando llegan estas fechas: "Sí, sí, los belenes ya ambientan mucho, y además los solemos dejar bastante tiempo", dice Raquel confesando que hay años que llegan montados hasta el mes de marzo. "Hasta el día de la Candelaria (2 de febrero) como mínimo aguantamos". Son esas las fechas en las que realmente pueden los belenistas visitar la obra de otros belenistas.
Para entonces ya habrá quedado atrás también la cita con los Reyes Magos. Muñecos articulados, un trompo, una camiseta del Real Madrid, un balón... Las listas están hechas y ya sueñan con la llegada de sus Majestades con los regalos, pero la propia Cabalgata es todo un aliciente. Es en esa parte de la entrevista en la que se amontonan los recuerdos de los caramelazos, los deseos de verla en el centro de Jerez, la compañía de abuelos, titos y primos... Todo ello será el colofón a unos días que los Pérez Pérez están ya disfrutando de lo lindo.