Los afectados del incendio de Sierra Bermeja recuerdan lo más duro de aquellos días: "No podemos olvidarlo"
Se cumple un año del comienzo del incendio forestal en el paraje malagueño, que arrasó casi 10.000 hectáreas y fue considerado el primer incendio de sexta generación en España
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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Les sonaba a chino. La mayoría de los vecinos de Sierra Bermeja (Málaga) nunca habían oído hablar de un "incendio de sexta generación". Tampoco hacía falta para saber que aquel incendio era como un monstruo que arrasaba todo lo que encontraba en su camino.
Y mientras los expertos explicaban ante los medios que un incendio de sexta generación es aquel cuya energía que libera tiene la capacidad de cambiar la meteorología a su alrededor e incluso de generar nuevos focos, los vecinos de los muniicpios malagueños Estepona, Júcar o Jubrique, solo entendían una cosa: las llamas arrasaban su tierra.
Más de un mes luchando contra el fuego
Fueron 46 días de incendio. Con sus 46 noches. Las más difíciles. Angustiosas. Los vecinos veían cómo unos 6.000 efectivos y más de 200 medios aéreos, hacían lo imposible por sofocarlo. Incluso uno de ellos perdió la vida en el intento. Se llamaba Carlos y murió defendiendo ese paraje natural que sufría el mayor incendio de todos.
Las llamas se propagaban sin control. Varios municipios malagueños se vieron afectados: Estepona, Casares, Jubrique, Genalguacil, Júzcar, Faraján y Benahavís. Más de 2.600 personas tuvieron que ser desalojadas.
"Está todo chamuscado"
En La Linterna de Andalucía, varios testimonios nos han contado qué fue para ellos lo peor de aquellos días. "Recuerdo que iba en coche con mi marido, regresábamos de Estepona cuando vimos el incendio", nos cuenta Antonia. Ella es de Jubrique. Y dice que lo peor de todo fue tener que dejar su casa y todas sus pertenencias: "No podíamos respirar por el humo en el pueblo".
Ahora, un año después, Antonia lamenta el aspecto que presenta la zona arresada. "Está todo el monte negro, chamuscado", nos dice. Y aunque asegura que llevan un año trabajando en la zona, Sierra Bermeja tardará años en recuperar las hectáreas que el incendio arrasó.
En una localidad muy cercana, Juan también tuvo que ser desalojado. Él vive en Júzcar. Pasó dos días fuera de su casa, y aunque reconoce que no temió por su vida, sí recuerda que fue muy duro tener que marcharse de su casa. "Sabíamos que era lo mejor, aun así, es difícil cerrar la puerta de tu casa en una situación así".
El incendio fue intencionado. Eso lo tuvieron claro los expertos desde el primer momento. Un año después, a los vecinos no les cabe ninguna duda. Lo saben. Igual que saben que Sierra Bermeja necesita tiempo. Mucho tiempo para volver a ser la que era.