PaulaG, del conservatorio a improvisar un dueto en las calles de Milán: "Pura magia"

Con los pies en la tierra. Y el alma en su Graná. Así las letras salen mejor. Ella no se acuerda, pero dicen que Paula González empezó a tararear canciones y a hablar más o menos al mismo tiempo.

Un poco más tardó en componer. Tenía doce años cuando se dio cuenta de que la letra podía convertirse en música. En melodía. Y fue entonces como nació PaulaG. La compositora. La cantante.

Ahora, con diecisiete años, lo tiene claro. Tanto que se ha gastado todos sus ahorros en publicar su primer disco: “Amor metálico”.¿Que si quiere ser famosa? No, ella quiere ser cantante. (Que es muy diferente, nos dice). Y para eso se prepara día a día.

En el último año de conservatorio, está más que acostumbrada a cantar en salas. El micrófono hace tiempo que dejó de imponerle. Y es que PaulaG estudia música desde los cuatro años. Sabe lo que es actuar en una sala, dedicar horas a componer una letra, lo duro que son los ensayos.

Y también sabe el buen sabor que deja un dueto en la calle. Ha cantado en las inmediaciones de la catedral de Granada, y hasta se ha atrevido a hacer un dueto improvisado en Milán. "Fue increíble".

Las partituras en la calle suenan diferente. En eso coinciden muchos artistas. Y si no que se lo digan al violinista Aran Malikian, al que muchos han tenido la suerte de verlo tocando en el metro de Madrid. Eso por no hablar del espectáculo de Bono y su banda U2 en las calles de Nueva York.

Las actuaciones callejeras, a examen

Un poco más lejos, aquí en Andalucía, cada vez hay más ciudades con tasas a los artistas que decidan actuar en la calle. El ayuntamiento de Almería fijará una tasa a los artistas callejeros con lugares y horarios fijos. Tendrán que solicitar una autorización al Ayuntamiento para actuar en la calle por un máximo de dos horas al día. Pagarán un euro al día por metro cuadrado que utilicen.

¿Y cómo está en el resto de grandes ciudades? ¿Se aplica en todas? No, en Huelva por ejemplo los artistas pueden tocar sin permiso. Pero en en Córdoba está regulado el horario, la duración y la ubicación.

Y en Granada necesitan un permiso del ayuntamiento para tocar en la calle. La solicitud se pide por semestre, tiene que ser en diciembre o mayo. Y las actuaciones están restringidas por horarios.

El aire de la calle...

En verano pueden tocar de 19 a 21 horas. PaulaG cree que hay ciertas limitaciones que pueden perjudicar a los artistas: “A las 21 horas en verano , la calle no está muy concurrida.¿Y si no hay gente en la calle para qué actuamos?"

También hay limitaciones de espacios y no se permiten micrófonos ni equipos de sonido. “Creo que eso no beneficia al artista. Se pierde mucho el sonido y si quieres llegar a más gente, resulta difícil”.

A pesar de las limitaciones, PaulaG nos cuenta que actuar en la calle tiene algo. Y ese algo es el contacto con el público y la libertad que sientes: “Es diferente al contacto con el público en sala. Hay más contacto cuando actúas por ejemplo en una plaza”.

En la calle, el público es más exigente: “Cuando pagas una entrada para un concierto, no se te ocurre irte. Pero en la calle, el público puede seguir caminando en cualquier momento. Tienes que ganártelo un poco más”.

En los conciertos callejeros, el público es más exigente. Si no le gusta lo que escucha, se va

En la calle, toda la improvisación está medida. Hay mucho ensayo detrás de un concierto en la calle. “Este tipo de conciertos se preparan a conciencia. Porque a veces se te acerca alguien y te pide una canción, y tienes que saber improvisar”. Y el público es exigente. Sí, también en la calle.

Y Paula lo sabe. Por eso sigue con los pies en la tierra. Y el alma libre. Como esas canciones que suenan en una playa. En una plaza. O en el último rincón de Granada. De su Graná.

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