Cádiz CF
"Nunca olvidaré las lágrimas de Navarrete en el descenso de Alicante, era Cádiz puro"
Salvador Chirino recuerda a Antonio Navarrete, su "hermano" y siempre compañero en el arbitraje y en el Cádiz CF
Cádiz - Publicado el - Actualizado
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Cádiz y el equipo de la ciudad viven días complicados tras el fallecimiento de personajes que han dado mucho por todo lo que rodea al gaditano. El fallecimiento de Paco Rosado, conocido autor de Carnaval, ha dejado un enorme pesar, como también lo ha hecho el de Antonio Navarrete, eterno delegado del Cádiz CF.
De Navarrete habla alguien que lo conoce a las mil maravillas, y es que hasta los últimos días de su vida ha estado a su lado su fiel compañero de batallas. Un "hermano", tal y como Salvador Chirino define la relación que tenía con el recién desaparecido delegado cadista. "Llevamos semanas muy complicadas porque hemos estado muy pendientes de Antonio pero al final no hemos podido hacer nada", explica con gran pesar otro de los delegados del Cádiz y también compañero en el mundo del arbitraje.
"Lo he vivido en primera persona. Llegamos a Albacete para jugar la Copa del Rey y se tuvo que ir al hospital. Se recuperó, estaba animado, parecía que iba a salir pero se repitieron los ictus y al final no se ha podido hacer nada", desvela Chirino.
Navarrete, el primer Guruceta de Segunda
Una vida juntos en el arbitraje y en el Cádiz CF. "Empecé en el año 1972 arbitrando y estuve cerca de treinta años y luego casi veinte años más en el Cádiz. Hemos compartido de todo, muchas alegrías y también decepciones. Todo lo hemos vivido juntos porque él era una persona excelente". Y es que en las últimas horas las condolencias lamentando el fallecimiento de Navarrete han sido múltiples. "He recibido llamadas de árbitros de Primera y Segunda, jugadores de muchos clubes, he estado desbordado y he tenido que apagar el móvil. El presidente del Comité Técnico de Árbitros ha estado en el tanatorio dando su último adiós y es que Navarrete era alguien muy especial", explica Chirino.
Aunque Antonio Navarrete ha sido muy conocido por su labor como delegado, su compañero de silbato lo define como un excelente colegiado. "Estuve con él muchos años y llegó a pitar en Primera División. En Segunda estuvo casi una década y la primera vez que Marca creó el Premio Guruceta, Navarrete fue el primero en recibirlo". ¿Cómo era? "Tenía una fortaleza física impresionante, antes no se cuidaba tanto ese tema y fue uno de los colegiados que sentó cátedra en el arbitraje, un colegiado diferente y que era muy bueno".
Las anécdotas tristes y felices
Posteriormente, Navarrete se convirtió en el delegado del Cádiz, labor que desempeñó durante más de veinte años. "Tenía que apaciguar muchas veces los ánimos durante los partidos. Era una persona tranquila que vivía muy de cerca todo y que dialogaba". Entre los momentos para el recuerdo, ascensos y descensos. "Nunca se me olvidarán las lágrimas de Antonio el día que descendimos en Alicante. Era el sentir de toda la afición en su cara".
Chirino desvela momenos felices como el ascenso en Chapín. "Llevaron la camiseta gigante del Cádiz para desplegarla en la grada del estadio y Navarrete la escondió para que la gente la pudiera sacar al principio del partido".
Navarrete era Cádiz puro, en todos los sentidos. "Tuvo problemas personales en los últimos años y el fútbol era su vía de escape, su manera de sentirse bien. Amaba al Cádiz y su vida era el Cádiz", explica Chirino que recuerda el deseo de su amigo: "Que el equipo se quedara en Primera, de eso hablábamos siempre en los viajes y seguro que el Cádiz se salvará como quería Antonio Navarrete".