Una vecina de Cádiz se marcha a trabajar fuera y sufre "la maldición del gaditano": "Me está pasando"

Mónica explica en un vídeo que se ha hecho viral en TikTok porque mucha gente se siente identificada con la sensación que tiene esta andaluza y en los comentarios se nota

TikTok: @monicaromeragonza

La joven gaditana

José Manuel Nieto

Publicado el

5 min lectura

      
      
             
      

En un vídeo que se ha hecho viral en TikTok, Mónica, una gaditana que decidió dejar su tierra natal en busca de nuevas oportunidades laborales, ha explicado en un tono desenfadado y cargado de emoción lo que ella misma ha denominado "la maldición del gaditano". Su historia, relatada con humor pero también con un toque de nostalgia, ha resonado profundamente con muchos otros gaditanos y andaluces que se sienten identificados con la misma sensación de desencanto y añoranza que Mónica experimenta. La "maldición" de la que habla no es una condena mística, sino un sentimiento muy real que muchos sienten cuando abandonan la costa de Cádiz, sus playas y su gente, buscando trabajo en otras partes de España.

La "maldición del gaditano", según Mónica, se refiere a una suerte de destino irónico que afecta a aquellos que se ven obligados a dejar su ciudad natal, Cádiz, en busca de trabajo, solo para descubrir que, aunque el trabajo puede llegar a su vida, la añoranza por su hogar nunca se va del todo. En su relato, Mónica explica que, en un principio, lo único que desea es encontrar un "trabajito bueno fuera", para despejarse, ganar algo de dinero y quizás alejarse de la rutina. Pero, cuando finalmente consigue salir, lo que pensaba que sería una liberación se convierte en una trampa emocional.

"Me está pasando la maldición del gaditano", comenta Mónica con un tono de desesperación cómica en el vídeo. "Cuando estás allí, dices: 'Me cago en la mar', a ver si me sale un trabajito bueno fuera, me quito ya de aquí, me despejo y gano dinero... y me quito en medio de una temporada".

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Escena callejera colorida en Cádiz, España

Pero, como es común en las historias de muchos gaditanos que se han visto obligados a emigrar, la realidad no es tan sencilla. Una vez que Mónica se encuentra trabajando fuera, la "maldición" comienza a hacerse evidente. "Y cuando te sale, te vas fuera, y te queda trabajando en otro sitio, y me cago en la leche, ¿qué ganas tengo de coger otra vez para acá?", dice, mostrando su frustración. La respuesta, aunque ligera, refleja una sensación muy común entre aquellos que se sienten desplazados de su hogar, especialmente cuando, tras el esfuerzo de irse, el regreso se vuelve aún más deseado.

"la maldición del gaditano"

El anhelo de regresar a la playa, al sol de Cádiz, a la comida casera y a la calidez de la gente, se convierte en una especie de adicción emocional para Mónica. "Yo echo de menos la playa, echo de menos comer allí", comenta, mostrando esa conexión visceral que muchos gaditanos tienen con su tierra, tan diferente a la que puedan encontrar en otros lugares. La "maldición", en este caso, no es solo una cuestión de distancia física, sino de la desconexión emocional que se siente al estar lejos de la vida y la atmósfera tan particulares de Cádiz.

"Pues no me está pasando solo a mí, le pasa a todo el mundo", dice Mónica al final de su relato. Y es que, efectivamente, no está sola en su experiencia. La "maldición del gaditano" es una realidad compartida por muchos que, por motivos laborales o personales, han tenido que abandonar su ciudad costera, solo para darse cuenta de que, por mucho que lo intenten, nunca podrán escapar completamente de la llamada de su hogar. La playa, la gente, las comidas... todo lo que define la vida gaditana parece ser un imán que atrae a los que se atreven a dejarla atrás.

      
             
      

El vídeo de Mónica no ha tardado en viralizarse, y los comentarios de los usuarios en TikTok no se hicieron esperar. Muchos se han sentido identificados con su relato y han compartido sus propias experiencias. Los gaditanos, andaluces y quienes han vivido alguna vez en la Costa de la Luz han inundado los comentarios con historias similares. "Totalmente identificada", dice uno de los usuarios. "Yo también me fui, pero Cádiz me llama siempre", comenta otro. La nostalgia de los gaditanos por su tierra parece un tema común que une a todos los que alguna vez han dejado atrás el sol y las olas en busca de trabajo.

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Catedral de Cádiz en el paseo marítimo de Cádiz, España, Europa

Además, algunos de los comentarios aportan anécdotas divertidas sobre lo que se hace para mitigar esa añoranza. "Lo único que me consuela es que cada vez que vuelvo a Cádiz, el reencuentro con la playa y los amigos es una sensación indescriptible", menciona otro usuario, mientras que otros recuerdan las delicias gastronómicas que no pueden encontrar en otros lugares.

Una vecina de Cádiz

Lo que Mónica describe en su vídeo es, en muchos sentidos, un reflejo de una realidad emocional que afecta a muchas personas que se ven obligadas a salir de sus hogares por circunstancias fuera de su control, como la falta de trabajo o la necesidad de nuevas oportunidades. La sensación de estar atrapado entre dos mundos—el lugar al que pertenecemos y el lugar en el que tenemos que estar—es algo que no solo afecta a los gaditanos, sino a personas de toda España que, por diversas razones, deben emigrar.

      
             
      

Sin embargo, la "maldición del gaditano" no es solo negativa. En cierto sentido, esta sensación de pertenencia y de amor por la tierra natal es también lo que da sentido a la identidad gaditana. Aunque Mónica esté fuera, su amor por Cádiz sigue intacto, y esa conexión es lo que la mantiene firme. Al final, la "maldición" de tener que marcharse también es un recordatorio de cuánto valoramos lo que tenemos cuando estamos lejos de casa.

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