30 años de la llegada del AVE a Córdoba: un revulsivo turístico y económico

A pesar de convertir a la ciudad en la tercera más transitada de España, despúes de Madrid y Barcelona, sobre la llegada del AVE recae la sombra de la destrucción de Cercadilla

Laura García

Córdoba - Publicado el - Actualizado

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Se cumplen hoy 30 años de la llegada del AVE a Córdoba. El 21 de abril de 1992 se inauguró la parada intermedia en el tren de alta velocidad entre Madrid y Sevilla, que revolucionaría la ciudad como hoy la conocemos. En COPE hemos hablado con vecinos de la zona, que vivieron el antes y el después del proceso de soterramiento de las vías y la puesta en marcha del tren de alta veloci y la posterior la apertura de la nueva estación en el año 1994 que acercó la zona norte de Córdoba al resto de la capital. "Esto supuso una mejora increíble. Antes teníamos que esperar para pasar, a veces incluso saltábamos las vías porque llegábamos tarde al trabajo. Ahora todo es mucho más fácil y la zona tiene más vida", asegura Ricarda.

También supuso un gran cambio para Virginia, por ejemplo, que emigró a Figueras, en Cataluña, hace 50 años y que, gracias al AVE, puede volver de vez en cuando a visitar su ciudad. "Vengo a Córdoba alrededor de una vez al año y con AVE todo mejoró. Tardo menos horas y voy más cómoda", cuenta.

El AVE, un revulsivo para el turismo y la economía cordobesas

La capital cordobesa es, a día de hoy, la tercera ciudad con mayor circulación de España, solo por detrás de Madrid y Barcelona. Son más de 37 millones de viajeros los que desde entonces han pasado por aquí. Así lo explica Antonio Caño, presidente de la Asociación de Agencia de Viajes de Córdoba: "La llegada del AVE ha supuesto una gran satisfacción a lo largo de estos tres años, no solo porque ha facilitado la exportación de nuestros productos, sino también a nivel de promoción de la ciudad".

La cara más amarga: la destrucción parcial del yacimiento arqueológico de Cercadilla

El lado menos amable de esto fue lo que significó el soterramiento de las vías, que dividían la ciudad, y la apertura de la nueva estación en el año 1994 que acercó la zona norte de Córdoba al resto de la capital. Si bien a nivel urbanístico supuso un avance, en el lado arqueológico aún quedan heridas por cerrar. La actuación destruyó casi la mitad de un yacimiento arqueológico único en el mundo, un conjunto palatino del siglo III: Cercadilla. El arqueólogo cordobés Desiderio Vaquerizo lamenta "la relación tormentosa que Córdoba mantiene con su arqueología", que es "para muchos, una rémora, cuando en realidad debería ser uno de sus principales recursos de futuro". En relación a Cercadilla, Vaquerizo asegura que "al margen de su proyección internacional, la ciudad apostó por destruirla en su mayor parte, evitando que se convirtiera en una e las áreas con mayor proyección de Occidente".