Arranca la “Algarabía” en Medina Azahara con la intención de mostrar la compleja sociedad medieval andalusí

En la montaña de la Desposada -Yabal Al Arus- se construyó por capricho del gobernante Omeya Abderramán III una Versalles medieval. Durante su breve existencia Madinat Al-Zahra fue punto de encuentro para espías, estudiosos, mercaderes y embajadores. El paso del tiempo ha convertido el centro palatino en un conjunto arqueológico patrimonio de la humanidad y que intenta constantemente que su rica herencia atraiga la curiosidad de cordobeses y forasteros, incluso en estos días en los que Córdoba arde por el calor.

La última iniciativa es el ciclo "Algarabía. Escénica Medieval", sobre el que hemos hablado con el director del Complejo Antonio Vallejo.

-¿Qué se cree que sonaba en Medina Azahara entre el 936 y el 1019? He leído que los Omeyas contaban con unas esclavas conocidas como Yariyas que estaban educadas en poesía y canto…

-Sí. Esos serían algunos de los sonidos que circularían por el Palacio. Esa música compartiría aire con otros muchos sonidos. Algarabía es un ruido provocado, según la RAE, por voces alegres y festivas. En Medina Azahara había una sociedad compleja con árabes, bereberes, eslavos, cristianos, esclavos... Una amalgama poblacional que provocaba ese ruido festivo que sirve para dar nombre a este ciclo de actividades escénicas que gira en torno a la Edad Media y la capacidad de entender mejor Medina Azahara.

-Imagino que buscan con este ciclo mostrar ese sincretismo cultural que el intercambio provocó en la Córdoba del siglo X y XI

-Efectivamente. La idea es que las sociedades medievales fueron muy complejas y poco comprendidas. Era un ejercicio que debíamos hacer.

-¿Por qué cree que la sociedad tiene una imagen tan mala de la Edad Media?

-Viene de muy atrás, del siglo XIX y con anterioridad. Se plantea que frente a la luz del Renacimiento estaban las tinieblas de la Edad Media, pero eso no fue así. La Edad Media se sabe que fue un periodo de una riqueza y diversidad enorme. Abarca desde el siglo VII al XV y sucedieron muchas cosas que cambiaron a la Humanidad y que luego fueron aprovechadas durante el Renacimiento.

-Este miércoles a las diez arranca esta Algarabía con “El Mirlo y la Gacela”, de La Banda Morisca ¿Qué nos vamos a encontrar?

-Es una propuesta de exaltación de la feminidad y de su sabiduría. De lo que significa en cuanto a mantenimiento de la tradición. El papel de la mujer en Al Andalus fue fundamental para la cultura y el conocimiento.

-Sherezade y Crónicas desde el harén, con la compañía de Rafael Álvarez “El Brujo” completan estos tres días de performances que quieren que se convierta en anual, según tengo entendido

-Sí, efectivamente. La idea es que Algarabía forme parte de una actividad con vocación anual durante agosto y se convierta en un reclamo más para Medina Azahara.

-Actividades escénicas tendrán lugar a las 22.00 horas en la plaza del Edificio Basilical Superior y para las que se requiere una inscripción por motivos evidentes de salud.

-La apertura de la inscripción fue el viernes a las ocho de la mañana y la respuesta fue enorme porque de alguna actuación ya no quedaba actuación el mismo viernes y el sábado estaban agotadas ya todas.

-Al margen de este certamen, ¿Qué espera de las Conversaciones sobre Medina Azahara, que se retomarán en septiembre?

-Es otro programa que nos ayuda al Conjunto a mostrar los avances que ha habido en la investigación en el Califato y la Edad Media. También a contextualizar Medina Azahara a través de científicos de primer nivel.

-Por último, seguimos esperando ese Plan Director de Medina Azahara…

-Es un documento muy complejo que no se elabora en dos meses y marca la estrategia en los próximos años. Creo que se verá pronto.

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