Diez años sin Ruth y José: el crimen de Bretón que conmocionó a Córdoba

Pese a que Bretón siempre mantuvo su inocencia, recientemente habría reconocido los hechos en un taller en la prisión de Herrera de la Mancha

Fran DuránInmaculada Cabello de Alba

Córdoba - Publicado el - Actualizado

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Se cumple una década de uno los sucesos más tristes que la ciudad de Córdoba ha vivido, el asesinato de los pequeños Ruth y José a manos de su padre, que quería vengarse de su madre. Fueron muchas horas y días donde la ciudad estaba atenta a toda la información que poco a poco se iba conociendo sobre este crimen de violencia vicaria.

El sábado 8 de octubre de 2011, por la tarde las cámaras de la Ciudad de los Niños de la capital, captaron a un hombre preocupado y que se acercaba a otras personas preguntando si habían visto a sus dos hijos, Ruth y José. José Bretón llamaba al 112 para pedir ayuda ya que había perdido a sus hijos de 2 y 6 años, y desde entonces, comenzaría una pesadilla para Ruth Ortiz.

Han tenido que pasar diez años para que José Bretón admita que asesinó a sus hijos. "Estoy aquí por haber asesinado a mis hijos: a mi José y a mi Ruth", confesaba Bretón hace a penas un mes en unos talleres de inserción en la prisión donde cumple condena. Diez años donde el asesino ha mantenido su versión, desempeñando el papel de padre bueno, que llegó hasta el final sin derrumbarse y al que nunca hemos escuchado públicamente decir “yo he matado a mis hijos”.

Bretón en prisión: "Estuve 15 días planeándolo todo, porque quería hacerle daño a ella. Tranquilos, los niños no sufrieron. Yo jamás les haría daño"

Cronología de los hechos

Ruth tenía 6 años y José 2, cuando su padre, con mucha sangre fría, les quitó la vida solo por hacer daño a su mujer, Ruth Ortiz, con quien había iniciado un proceso de separación. Para ello, Bretón inició un proceso de encubrimiento para que la muerte de sus hijos pareciese una desaparición o un secuestro.

Sin embargo, desde un primer momento, Ruth Ortiz afirmaba que el padre era el culpable de la desaparición de sus hijos, sin llegar a pensar el fatal desenlace de esta historia.

El lugar elegido por Bretón fue la finca de sus padres, situada en el polígono de Las Quemadillas, retirado del núcleo de la ciudad. Aquel fin de semana le tocaba sus hijos, quedando marcado aquel fatídico 8 de octubre de 2011. Lo tenía todo planeado. Visitó a un médico psiquiatra que lo había tratado años antes, y aprovechó la receta que le prescribió de Orfidal y Motivan para adquirirlos en la farmacia el 29 de septiembre, para adormecer a los niños.

Entre los días 5 y 7 de octubre apiló bastante leña y compró 271 litros de gasoleo en una estación de servicio de Huelva. Lo último que tenía que hacer era fingir, fingir hasta el final. Pero ahí no queda todo, porque dos días, el 6 de octubre, llevó a sus sobrinos a la Ciudad de los Niños dejándolos por unos momentos solos cuando los llevaba al colegio.

La desaparición

El día 7 de octubre, sobre las 15: 00 horas, Bretón llegó a Huelva para recoger a sus hijos, y puso rumbo de nuevo a Córdoba. Antes de llevar a cabo su plan, dejó a los niños en casa de unos familiares, de esta manera tendría tiempo de descargar el combustible comprado. A partir de este momento todo son simulaciones, porque Bretón continúa mintiendo, hasta el punto de que el día 8 hace creer a su familia que comería con unos amigos.

Pero la sentencia condenatoria indica todo lo contrario. Tras salir de casa de sus padres se dirigió con su vehículo hasta la finca; sobre las 13:48 hace una llamada a su esposa sin llegar a contactar con ella. Bretón se dirigió al parque Cruz Conde, desde donde denunció la desaparición de sus hijos. El ha mantenido durante todo este tiempo que allí los perdió de vista.

Ante ello, la madre de los niños, Ruth Ortiz, interpone en dependencias policiales de Huelva una denuncia por malos tratos durante la madrugada, tras tener conocimiento de la desaparición de éstos. Este día, en Córdoba, la Policía localiza la hoguera realizada por Bretón en la finca de Las Quemadillas, propiedad de sus padres, donde recoge las primeras muestras de restos óseos. Unos restos óseos, que fueron procesados en varias ocasiones, y no es hasta un año después cuando varios antropólogos coinciden en que son humanos que se corresponderían con menores de la edad de los pequeños.

El 18 de octubre, diez días después de la desaparición de sus hijos, Bretón acude a comisaría donde es detenido y pocos días después, el juez José Luis Rodríguez Laín ordena que su ingreso en prisión tras acusarlo de dos delitos de detención ilegal y otro de simulación de delito. Horas antes, lo obligó a recrear en vivo y en directo en el parque donde dijo haberlos perdido los momentos previos a la desaparición de sus hijos.

Durante el primer año de esta desaparición, son continuas las recreaciones de los hechos y las investigaciones y búsquedas policiales, a la vez que se suceden distintas manifestaciones pidiendo la vuelta de los menores.

Bretón continúa en prisión, donde se autolesiona en el brazo y el hombro con una cuchilla. Además, en ese tiempo tiene que prestar declaración por un caso de malos tratos contra su hijo, y también en la demanda de divorcio que interpone Ruth Ortiz.

El 16 de enero de 2013, La Fiscalía solicita 40 años de prisión para José Bretón por "calcinar" a sus hijos en la hoguera; 600.000 euros en concepto de indemnización que habrá de pagar a la madre de los niños así como 165.000 por las labores infructuosas de búsqueda, y que no se le conceda a éste el tercer grado, en el caso de ser condenado, hasta que cumpla al menos la mitad de la pena que se le imponga. La acusación particular difiere solo en la indemnización, pues reclama dos millones de euros.

Un mes después concluye la instrucción y arranca el juicio oral. Mediante sorteo, se designa al magistrado Pedro Vela, para presidir el juicio con jurado popular a José Bretón por el asesinato de sus hijos. dicta el auto de hechos justiciables estableciendo 22 puntos clave del caso. El inicio de la vista oral queda fijado para el 17 de junio.

Durante la vista, Bretón insiste en su inocencia, asegura en todo momento ser un buen padre y niega todos los cargos de los que se le acusa.

Finalmente, el 11 de julio de 2013, el jurado popular considera probados los hechos de asesinato y declara culpable a José Bretón. Diez días mas tarde, el juez ratifica la decisión del jurado y Bretón deberá cumplir 40 años de cárcel.

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