El síndrome de la cara vacía: ansiedad ante la retirada de las mascarillas

La retirada de las mascarillas empieza a descubrir cada más rostros que antes estaban tapados por las mascarillas. Desde que entró en vigor el nuevo decreto el pasado 20 de abril, las mascarillas ya no son necesarias en espacios cerrados y, a pesar de ser un paso hacia delante en la lucha contra la pandemia que se ha librado durante estos dos ultimos años, el gesto de quitarse la mascarilla en público, en según que casos, puede no ser tarea facil. La psicóloga Rocio Aceituno ha explicado en COPE que este síndrome de la cara vacía, que es nuevo, "recoge una serie de síntomas que obedecen a la ansiedad generada por tener que desprenderse la macacarilla y mostrar el rostro en diferentes entornos. En el caso de los adolescentes, pueden sufrir ansiedad social porque es una etapa vital en la que hay una mayor necesidad de aceptacion y pertenencia a un grupo social".

Aunque, asegura la psicóloga, "la mayoría de personas está lidiando bien con este proceso", también aconseja que, en el caso de los adolescentes en el instituto, la retirada de macarillas se haga de forma gradual. "Cada uno tiene que tener sus tiempos. Se podría hacer un buen trabajo de normalización desde las propias casas y los colegios. Habrá jóvenes con inseguridad, pero también con preocupación de contagio", y asegura que un buen ejercicio sería el de observarse en el espejo atendiendo a aquello concreto que les provoca el complejo, pero también a aquello que les gusta de sí mismos.

Este síndrome también puede darse en adultos reticentes a retirarse la mascarilla por miedo al contagio. "En el caso de que una persona no pueda eliminar los pensamientos de miedo y desarrolle una ansiedad social, debería ponerse en manos de un profesional", apuntala Rocío.