Un estudio analiza la exposición al virus de la hepatitis E en los linces ibéricos

Los resultados han encontrado que el nivel de exposición del virus es mayor en los linces en cautividad que en los linces en libertad

Un estudio analiza la exposición al virus de la hepatitis E en los linces ibéricos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El virus de la hepatitis E (VHE) es una patógeno zoonósico y emergente en Europa que afecta a las personas causando daños en el hígado y también en otros órganos como el riñón o el sistema nervioso central. En Europa, los animales son la principal fuente de infección del VHE para los seres humanos.

Un estudio en el que ha participado el Grupo de Investigación en Sanidad Animal y Zoonosis (GISAZ) de la Universidad de Córdoba así como el Grupo GC-26 del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba, junto a otras instituciones nacionales e internacionales, y publicado en la revista Transboundary and Emerging Diseases, ha analizado la exposición al virus de la hepatitis E en la población de linces ibéricos, un animal en el que todavía no se habían realizado estudios de este tipo a pesar de que el virus sí está presente en otras especies, como el cerdo, el jabalí, el ciervo o el caballo, con las que el lince ibérico comparte hábitats en los ecosistemas mediterráneos españoles.

Los resultados del estudio han confirmado que los linces en cautividad tienen un mayor riesgo de exposición al virus de la hepatitis E que en los animales en libertad. En concreto, el estudio ha analizado muestras de suero de 275 linces ibéricos y de hígado y heces de otros 176 para comprobar la prevalencia y la seroprevalencia del virus de la hepatitis E, esto es, la presencia del virus de forma activa y la presencia de anticuerpos una vez pasada la infección.

Aunque únicamente se detectó infección activa por el virus en un animal, los resultados de seroprevalencia han sido diferentes en función del hábitat del lince, en libertad o en cautividad. Como explica Javier Caballero Gómez, investigador del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad de Córdoba y del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba, “en las poblaciones en cautividad la seroprevalencia alcanzó el 33% de los linces estudiados, mientras que en las poblaciones en libertad la exposición al virus fue mucho menor: 7%”.

El consumo de productos derivados de animales infectados se considera la principal vía de transmisión de la hepatitis E en los seres humanos y también se ha sugerido para otras especies animales, incluido los felinos. En este sentido, y aunque todavía es necesario realizar más estudios que lo confirmen, una primera hipótesis que baraja el equipo investigador sobre la diferencia de exposición entre los linces en libertad y en cautividad, además del posible contacto con otras especies infectadas, es la alimentación de los linces: una alimentación basada principalmente en conejos.

Mientras que los linces en libertad consumen mayoritariamente conejos silvestres y estudios previos realizados por este mismo grupo han demostrado que apenas existe circulación del virus de la hepatitis E en sus poblaciones; los linces en cautividad se alimentan principalmente de conejo de granja y hay estudios que han encontrado circulación del virus en estos conejos en Italia o Francia, aunque todavía no se ha evaluado la presencia del virus en estos animales en España.

En relación con su infección en otros animales, este patógeno no suele generar sintomatología ni lesiones severas en las poblaciones animales y su presencia no es muy larga en el tiempo. En el cerdo, por ejemplo, suele permanecer en torno a una o dos semanas en sangre y no más de ocho semanas en heces. Aún así, con el objetivo de limitar la exposición al virus en el lince ibérico, sería interesante conocer cómo se produce el contagio, particularmente en los animales en cautividad, donde se ha visto una mayor exposición.

De confirmarse la hipótesis de que la principal vía de contagio en esta subpoblación es la carne de conejo de granja podrían tomarse medidas para prevenir la infección como alimentar animales con conejos procedentes de granjas que no tuvieran el virus. Por último, el estudio también ha encontrado en los linces la presencia del genotipo 3f del virus de la hepatitis E, que es el genotipo más frecuente en personas infectadas en España.

Pero, como señala el equipo investigador, la presencia de este genotipo no debe generar una preocupación de salud pública porque el lince ibérico no es una fuente de alimentación para el ser humano y el contacto con estas especies no es frecuente. “Sí es cierto que en centros de cautividad existe cierta proximidad con los animales o contacto con heces que podrían estar contaminadas, pero el riesgo es muy limitado”, indica Caballero Gómez.

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