Cooperativas fotovoltaicas: una solución accesible en la búsqueda de energía renovable
Sus miembros pueden beneficiarse de energía verde sin la necesidad de instalar paneles en sus propios tejados
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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En la búsqueda global por fuentes de energía renovable, las placas fotovoltaicas han emergido como una solución popular para hogares y empresas. Estas placas convierten la luz solar en electricidad, ofreciendo una alternativa limpia y sostenible frente a las fuentes tradicionales de energía. Sin embargo, la instalación de estos sistemas supone una inversión significativa que no todos pueden asumir.
Además, factores como la falta de espacio adecuado para su instalación pueden limitar su adopción, o zonas protegidas donde el Ayuntamiento lo prohíbe. Ante estos desafíos, las cooperativas fotovoltaicas surgen como una alternativa innovadora y accesible. Estas cooperativas permiten a los individuos y empresas unirse para construir y gestionar colectivamente plantas fotovoltaicas. A través de una inversión compartida, los miembros de la cooperativa pueden beneficiarse de energía verde sin la necesidad de instalar paneles en sus propios tejados.
Este modelo no solo reduce el costo individual, sino que también simplifica el proceso de acceso a la energía solar, democratizando su uso. Las cooperativas fotovoltaicas permiten que más personas participen en la transición hacia una energía más limpia y sostenible, asegurando un suministro energético justo y estable para todos sus miembros.
Cooperativas en Córdoba
En la provincia de Córdoba, una innovadora iniciativa está marcando la pauta, el consumo cooperativo. Se trata de una cooperativa de segundo grado compuesta por 15 comunidades energéticas, que está haciendo posible que más de 14.000 familias, pymes y entidades locales produzcan y consuman su propia energía de forma eficiente y económica.
¿Cómo funciona?
Esta organización agrupa a diversas comunidades energéticas, cada una de las cuales construye y gestiona su propia planta fotovoltaica. Estas plantas generan el 100% de la energía consumida por sus miembros, garantizando que la energía producida sea verde, local y sostenible. Francisco Molina, presidente de Faecta – Córdoba, explica: "Cuando se entra en la comunidad energética cooperativa, se adquiere una parte de la placa fotovoltaica de su planta, cuya producción es equivalente al 100% del consumo eléctrico de cada familia, pyme u organismo que se adhiere".
¿Cómo formar parte de ella?
Para convertirse en autoproductor de energía, los interesados deben inscribirse en una de las comunidades energéticas a través de la página web de Consumo Cooperativo. El proceso es sencillo: se selecciona la cooperativa deseada, se completa un formulario con datos personales y se recibe un informe detallado sobre el número de placas necesarias, la inversión requerida y el ahorro estimado. "Las personas, pymes y entidades entran en la página y seleccionan la cooperativa en la que se quieren inscribir. A continuación, tienen que rellenar el formulario con los datos, el mail y la CUP. Una vez completado, el sistema ofrece un informe con el número de placas, la inversión y el ahorro", detalla Molina.
Opciones de pago y mantenimiento
Una vez inscritos, los miembros deben realizar una inversión inicial para la construcción de las placas solares. No hay cuotas de mantenimiento y solo se requiere un capital social de diez euros. Esta inversión se destina directamente a la creación de la infraestructura que garantizará el suministro energético. Molina aclara: "Entonces ese valor de las placas, es la inversión que ellos hacen".
Beneficios de Pertenecer a una comunidad energética
Uno de los principales beneficios de formar parte de Consumo Cooperativo es la producción de energía verde, lo que contribuye significativamente a la sostenibilidad ambiental. Además, los miembros disfrutan de precios justos y estables, al margen de las fluctuaciones del mercado eléctrico. Esto no solo garantiza un ahorro económico a largo plazo, sino que también protege a los consumidores de los altibajos del mercado energético. "La planta producirá la cantidad de electricidad que se consuma a un precio justo y estable, que los protege de los altibajos del mercado eléctrico, tan cambiante y volátil", comenta Molina
Ser miembro de una comunidad energética cooperativa elimina la necesidad de disponer de cubiertas propias para instalar paneles solares, realizar obras adicionales, ampliar seguros del hogar o negociar con diversas comercializadoras. La planta fotovoltaica centralizada se encarga de producir y distribuir la energía necesaria. Además, los miembros tienen la capacidad de tomar decisiones colectivas sobre el futuro de su suministro energético. "A partir de ese momento son los miembros de la cooperativa los que toman sus propias decisiones de presente y futuro", añade Molina.
Beneficios inmediatos
Beneficios Inmediatos Gracias a un acuerdo con la comercializadora Ekiluz, los nuevos miembros no tienen que esperar seis meses para que su planta esté operativa. Desde la semana siguiente a su incorporación, pueden disfrutar de los beneficios energéticos gracias a la disponibilidad de 15 megavatios de una planta ya existente. Molina especifica: "La comercializadora ha puesto a nuestra disposición 15 megas de una planta que ellos mismos tienen para que los adheridos estén cubiertos durante ese periodo".
El consumo cooperativo no solo representa una solución innovadora para la producción y consumo de energía sostenible, sino que también ofrece una estructura accesible y beneficios significativos para sus miembros. Con iniciativas como esta, la provincia de Córdoba avanza hacia un futuro más verde y económico, demostrando que la colaboración y la inversión comunitaria pueden ser el motor de un cambio positivo en la transición energética.