Especial El Rocío 2024
La dura travesía del Rocío: la hermandad de Córdoba vislumbra el horizonte
La hermandad del Rocío de Córdoba inicia su segunda semana de camino en tierras sevillanas, llena de esperanza
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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El contador empieza a descontar. La hermandad del Rocío de Córdoba ha llegado ya al ecuador del camino. Lo ha hecho sin incidencias, más allá de los contratiempos habituales y con una temperatura que se ha mantenido constante a lo largo de los primeros días. El calor ha sido protagonista en las horas centrales, pero también la brisa agradable y los momentos de ilusión en tantos puntos.
LA SALIDA
El lunes, la comitiva salió desde la finca Fuente el Moro y la pernocta es en el cortijo de Neblines. Entre medias, la hermandad paró en el Rancho de la Señorita, completando así un día que calca prácticamente los senderos del año pasado. Este es un día en el que la hermandad hace mucho camino y empieza a vislumbrar como los caminos empiezan a evolucionar y a parecerse a los que han de llevarle hasta la aldea del Rocío.
LA JORNADA
En la jornada del martes, la hermandad abandonará Carmona y llegará hasta la finca de Bujadillos, en Utrera. Nuevamente serán cerca de 30 kilómetros los que tengan que hacer pero esta parada es una de las más bonitas y queridas en la hermandad dado que se trata de una propiedad de una familia que acostumbra a hacer el camino. Así es cada parada.
La sensación de los peregrinos es de felicidad. Así se demuestra en cada parada, donde el ambiente es agradable, de fraternidad y de compartir. Además de las habituales paradas para rezar (el ángelus a media mañana, el rosario por la tarde y la misa por la noche), el grupo comparte desayuno, almuerzo y cena en comunidad. No es raro y sí habitual ver cómo los hermanos de una carriola (una especie de caravana) se fusionan con otros para un rato de charla, de almuerzo e incluso si se da el lugar, de cante.
La carriola de compás es sin duda la alegría del camino. Ahí se comparten atardeceres con sevillanas y melodías del camino, e incluso cae alguna videollamada para conectar con aquellos que no pueden estar presentes de cuerpo, pero sí comparten ese ratito, aunque sea de forma virtual.