FESTIVAL 2021

La evocación de Antonio El Bailarín en el Centenario de su nacimiento, pone en pie al Patio de los Aljibes

El Ballet Flamenco de Andalucía se inspira en la primera actuación de la historia del Festival de Granada

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Jorge de la Chica

Granada - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Foto: Festival de Granada-Fermín Rodríguez

Ha sido un acierto que en la programación del Festival de Granada se rinda un merecido homenaje a Antonio Ruiz Soler, El Bailarín, al cumplirse el Centenario de su nacimiento. Además de ser el protagonista del primer espectáculo anunciado en la programación de su edición inaugural, su figura pertenece a la costelación de estrellas que han convertido a la cita granadina, en parte de la mítica de la música y la danza. Se ha hecho con un estreno, como le gustaba a Antonio, que solía estrenar sus producciones en el Teatro del Generalife, aunque en esta ocasión se ha producido en el Patio de los Aljibes de la Alhambra, escenario de su presentación en el ciclo granadino allá por 1952.

Estos estrenos de danza han sido y son una constante de la historia del Festival. Desde el propio Antonio, hasta Maurice Bejart, los grandes de la danza han elegido Granada para dar a conocer al mundo sus creaciones. Se trata de algo que encaja con la lógica, pues muy pocos lugares en el mundo pueden competir con la belleza del Teatro del Generalife y pocas ciudades tiene un renombre tan universal como esta. Ese carácter de la programación debe mantenerse y subrayarse. El Festival de Granada debe caminar siempre por la senda de estar entre los mejores del mundo, lo contrario podría sería una grave equivocación.

Evocación

El espectáculo de ayer podría haber tratado de buscar una recuperación arqueológica de los sucedido hace 70 años, incluso eso parecía que iba a suceder si atendemos el reclamo textual de la propia organización: “el Ballet Flamenco de Andalucía reproduce aquel programa inaugural en todo su esplendor”. Sin embargo la creación de su directora, Úrsula López, ha sido más una inspiración en torno a la figura de Antonio, aunque indudablemente tenía referencias, sobre todo en la escenografía, al acontecimiento granadino, que contribuyó a encumbrar al El Bailarín a lo más alta del mundo de la danza, pues no olvidemos la trascendencia internacional que supuso la creación del Festival de Granada.

En tres partes

Se presentó como un tríptico que comenzó con una referencia la escuela bolera, que con tanto acierto cultivó el homenajeado. Debe de agradecerse esta determinación del Ballet Flamenco de Andalucía, pues como se señala en el programa de mano, este estilo de danza “no suele figurar en sus coreografías”. El título fue Danzas boleras. Los chavalillos sevillanos, en una clara alusión a la pareja, Antonio y Rosario, que trabajó de forma habitual precisamente hasta la actuación granadina de 1952, cuando se disolvió este dúo.

El tercer apartado se ha denominado El sueño americano y recordó las actuaciones de Antonio en América, sucedidas desde antes a su llegada al Festival de Granada. Y por último Duende y Jondura, de carácter flamenco, un estilo que también cultivó con gran acierto El Bailarín.

En la sucesión de cuadros hubo momentos de gran fortuna, como las referencias lorquianas tituladas Anda Jaleo o brillantes coreografías como los Fandangos Verdiales con los que concluía la producción. Fue casi siempre una labor coral, sin recurrir apenas a la evocación como solista de Antonio. La música, que fue toda en directo, salvo un pieza de carácter sinfónico, estuvo a cargo de un buen grupo de guitaras, percusión y voces, entre las que sobresalió la cantaora María Marín. Acaso el uso del cajón y percusiones graves en algunos números, pueda levantar alguna opinión dispar, pero es algo que se ha convertido en una presencia casi constante en nuestro tiempo. Espectacular el uso de las castañuelas por parte de los bailarines o bailaores.

El público iba mostrando su veredicto sobre cada cuadro, a través del grado de entusiasmo de sus plausos. Al final muchos se pusieron en pie, reconociendo que el conjunto es un buen espectáculo que rinde tributo a uno de los grandes de la creación española. Este estreno absoluto, ya forma parte también de la historia del festival.

El Ballet Flamenco de Andalucía tendrá pronto otra oportunidad para volver a mostrar su calidad. Será en el último espectáculo de este Festival, cuando estrenarán El maleficio de la mariposa, producción con la que luego ya permanecerán fijos durante el verano en el cartel del ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife.

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