La historia del excepcional manto rosa que lució la Virgen del Rosario por primera vez en su procesión

La Virgen del Rosario recorrió las calles de Granada el pasado domingo, coincidiendo con el Día de la Hispanidad. La Copatrona de Granada volvió a concitar a miles de personas durante su recorrido, muestra de la vitalidad de esta devoción y de la archicofradía que le rinde culto desde 1492. El cortejo fue uno de los más numerosos de los últimos tiempos, con la presencia, junto a los archicofrades, de las corporaciones que han participado en sus cultos durante las jornadas anteriores y colegiales, como muestra del patronazgo de esta advocación mariana en los centros educativos del Ave María. Fue todo un éxito el uso de las hachetas que estrenaba la cofradía y que sustituían a los cirios, lo que además de permitir recuperar una estampa del pasado, evitó el vertido de cera a la calzada. No faltaron las tradicionales palmas reales. Las hubo a la salida y al regreso de la imagen del templo de Santo Domingo, así como a su paso por la calle Rosario, donde los vecinos costean esta pirotecnia. Especialmente emotivo fue el canto de la Salve Marinera de Cristóbal Oudrid, interpretada por la Banda de los Ángeles y la participación de devotos, en la Plaza de Santo Domingo, momentos antes de la conclusión de la procesión.

un manto del siglo xix

Llamó especialmente la atención el manto que llevaba la Virgen. Se trata de una de las prendas de un terno rosa en tela de seda bordada en plata, que forma parte del extraordinario patrimonio de la archicofradía. Data del siglo XIX, cuando hubo de ser donado por una devota. Se cree que pudo que ser una adaptación de un vestido, transformándose en terno, como ofrenda al Rosario. Era la primera vez que lo lucía en la procesión y hacía juego con el vestido que llevaba el Niño Jesús que sostiene María en su brazo izquierdo, procedente de la misma donación y que fue el mismo que lució en la histórica fecha de su Coronación Canónica que tuvo lugar en 1961.