El misterioso lugar de la Alhambra que muchos desconocen: una cárcel en su interior

Se ubicaba en la Torre de las Cabezas y fue prisión hasta el siglo XIX

El misterioso lugar de la Alhambra que muchos desconocen: una cárcel en su interior

Jorge de la Chica

Granada - Publicado el - Actualizado

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La Alhambra fue una ciudad palatina que dispuso de autonomía hasta el siglo XIX. Como tal disponía de sus propios servicios policiales e incluso de su prisión. Esta se ubicó en una de las torres de la muralla que rodean el monumento. En total estos baluartes suman treinta y uno, repartidos a lo largo de mas de dos kilómetros. Lo que nos ocupa se encuentra entre las puertas de la Justicia y los Siete Suelos y funcionó como centro de reclusión en época musulmana y también en la cristiana. Hoy es conocida como Torre de las Cabezas, debido a que las gárgolas para el desagüe tienen el aspecto de cabeza humana.

El complejo está compuesto en realidad por dos torres, una de época musulmana, de forma cuadrada, y otra pentagonal, que se sitúa adelantada y que fue construida por los cristianos como un baluarte defensivo donde en su última planta se situaron piezas de artillería. Todavía son hoy visibles los huecos desde los que disparaban los cañones que tenía como objetivo defender uno de los lugares estratégicos más importantes para la custodia de la Alhambra, justo al lado del Palacio de los Abencerrajes, que durante siglos habitó una de las principales familias de la Granada islámica.

La torre más antigua está hoy macizada. Cuando en 1814 se marcharon las tropas francesas de ocupación, provocaron una explosión que hizo que amenazara ruina y para evitarlo se decidió darle esta consistencia, aunque para ello se hubieron de eliminar sus dependencias. La otra torre se conserva intacta. Ello es posible gracias a las distintas restauraciones las que se ha ido sometiendo a lo largo del tiempo. En ella se pueden observar algunas de las dependencias de la prisión.

Las celdas se distribuyen atendiendo a la clase social de sus ocupantes. Los que disfrutaban de mejor estatus social habitaban las de los pisos más elevados, mientras que los de menor rango eran encerrados en los pisos inferiores, donde la humedad se convertía en una pena añadida. Dependiendo de esta condición, los reclusos se iban distribuyendo en distintas plantas. Se conoce también la existencia de zonas separadas para hombres y mujeres. Se tienen noticias de que en ocasiones llegaban a esta cárcel de la Alhambra personalidades de alto rango, como las pertenecientes a la nobleza. Otras veces se conoce de la existencia de piratas berberiscos que penaban aquí su condena.

Sala de torturas

Estas celdas no disponían de muchas comodidades. Cada preso debía de dotarse del mobiliario necesario. Carecían hasta de colchón. El trato que se les daba a los internos, tampoco parece que fuera amable, pues ni siquiera se les suministraba el alimento y para ello debían recurrir a familiares o amigos que les facilitaban este bien. Caso contrario, se les ofrecía la comida, pero esta pasaba a formar parte de una deuda que en ocasiones suponía el aumento de su pena. Los estudiosos del recinto han llegado incluso a identificar la sala de torturas, que también parece que fue una práctica común durante siglos. Esta actividad estaba reglada y se debía de practicar en presencia de la primera autoridad policial del recinto, el conocido como Alguacil Mayor. Todo hace indicar que la tortura más habitual era el azote, pero tampoco se descartan otros métodos como la garrucha, que consistía en colgar al preso por los brazos y sujetarle pesos en sus pies.

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También se conoce que, a veces, la crueldad era bastante menor. Así se sabe que disponían de horas libres para poder salir del recinto. Igualmente la seguridad tampoco fue siempre extrema, ya que también se tiene noticia de casos de fuga. Son siglos de historia donde la casuística abunda y el Archivo de la Alhambra conserva numerosos legajos en los que se describen todo tipo de detalles.

La Torre de las Cabezas, también conocida como la del Olivo o la de la Prisiones, estuvo activa como cárcel hasta en siglo XIX. Dejó de utilizarse cuando la Alhambra perdió su condición de Real Sitio y disminuyó su autonomía. Hoy no se incluye en la visita turística. Para conocer el recinto se organizan en ocasiones visitas especiales, donde poder recorrer sus escaleras, las celdas o la sala de tortura. La mayoría son lugares donde la luz no abunda y donde las condiciones de habitabilidad son escasas.

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Falla, García Lorca y Barrios

El lugar fue el escenario de una fotografía que se hicieron Manuel de Falla y un joven Federico Garcia Lorca, acompañados por el hermano del poeta y por el guitarrista, compositor Ángel Barrios, que vivía en la Alhambra, donde su padre regentaba la Taberna del Polinario y el musicólogo Adolfo Salazar. Durante mucho tiempo no se consiguió identificar en que lugar se había tomado esta foto, ya que el interior de esta prisión no es muy conocido.

Hoy la Torres de las Cabezas, la antigua cárcel de la Alhambra, es un lugar apenas conocido. Los visitantes que se dirigen a los palacios nazaríes, pasan ante ella sin conocer todo lo que allí sucedió más de cinco siglos. El lugar aparece hoy con el aspecto romántico del que lo dotan los cercanos bosques, pero conociendo los datos que hemos expuesto, su visión nos evoca tiempos en los que las cosas fueron muy diferentes.

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