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Cinema Jaén 2.0 De Luxe (04/07/19)

Hoy en nuestra tertulia cinéfila conmemoramos 40 aniversario de la muerte de John Wayne

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Bienvenidos copenautas. Saludos de Luis Moreno. Gracias por elegir nuestra web.

La semana pasada aparecieron tres estrenos en la cartelera de nuestra capital. El primero era el habitual remedo hollywoodiense de una popular película de terror de los 80: “Muñeco diabólico”.

MUÑECO DIABÓLICO

Octava entrega de la franquicia y octava majadería desde que comenzó allá por el año 1.988. Cine que en realidad no es de terror, ya que se fundamenta en una ñoña historia para imberbes, donde lo único que se procura el susto fácil. Más de 30 años después de la cinta precursora, nos encontramos con un producto estandarizado, de vulgar copia-y pega, en el que no se han introducido cambios ni modificaciones para darle vida a un muñeco que ya no inquieta ni a los niños de pecho. La saga hace tiempo que estaba finiquitada, ahora, después de semejante mamarrachada, cualquiera puede certificar su muerte por aburrimiento.

En segundo estreno de la semana pasada fue una comedia de producción patria, que bien podría haberse estrenado en TV, que en los cines para tortura de críticos. Me refiero a la historia de un vecino de Coria del Río que, de repente, es nombrado heredero legítimo al trono del país del sol naciente: “Los Japón”.

LOS JAPÓN

Una de las peores comedia españolas, no ya de la temporada, sino de los últimos años. Rancia y casposa, se podría decir de ella que es un mal chiste al que le han puesto imágenes con muy poco acierto. Mira que lo intenta su director y guionista, Álvaro Díaz Lorenzo, el mismo de “Señor, dame paciencia”, pero es que ninguno de los chascarrillos planteados tienen la más mínima gracia, todo suena a forzado y el metraje de 90 minutos acaba convirtiéndose en una pesada losa por aburrido. Ante semejante situación, sus actores protagonistas: Dani Rovira, María León y Antonio Dechent, poco pueden hacer. El cine español sigue de capa caída.

El último estreno de la semana pasada fue una comedia de producción francesa, algo que no es nada habitual en los cines de nuestra capital, habituados tan sólo a las películas procedentes de Hollywood o, como mucho, española. La historia de esta película se centraba (nunca mejor empleado el pasado porque ya no está en cartelera) en las investigaciones de un crítico literario empeñado en demostrar que un pizzero fallecido, no es el autor de una novela de gran éxito: “La biblioteca de los libros rechazados”.

LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS RECHAZADOS

Cierto que la comedia escrita y dirigida por Rémi Bezançon no pasa de un discreto tono medio, pero hay que agradecerle el hecho -cada vez menos frecuente- de estar construida con elegancia y, sobre todo, a partir de un guion bien trabajado, donde abundan los diálogos ingeniosos y los personajes humanos, perfectamente reconocibles. A este indiscutible acierto contribuye de forma decisiva Fabrice Luchini, un actor que conforme pasan los años, se consolida cada vez más como uno de los grandes de la escena europea. Cine amable, ligero, cercano, al que quizá no le hubiera mal un poquito de más ambición. En todo caso, gracias a la gerencia de La Loma Multicines, por acordarse de los otros espectadores.

Como de costumbre, en “Cinema Jaén 2.0” también nos gusta comentar los mejores estrenos que esta semana aparecen en venta directa para DVD, Blu-ray y descarga digital. Esta semana recomendamos un drama fantástico dirigido por Robert Zemeckis. Se trata de la historia real de un hombre que tras sufrir un terrible atraco, estuvo en coma nueve días y se despertó con una amnesia completa. Su mejor terapia fue construir en el jardín unas maquetas con figuras de soldados de la II GM: “Bienvenidos a Marwen”.

BIENVENIDOS A MARWEN

Sin duda, estamos ante la propuesta más curiosa en la ya dilata carrera cinematográfica de Robert Zemeckis. En ella se aborda desde una perspectiva psicológica, la triste realidad de un ser humano abocado a la más atroz soledad. En determinados momentos se le ve el forro de la sensiblería y, sobre todo, la intención de parecerse en el sentimiento a su aclamada “Forrest Gump”; pero, en términos generales, no deja de ser una película interesante donde se aprecia su dificultad formal que, por otra parte, tanto gustan a su director. Steve Carell muy bien, dentro de la inexpresividad requerida.

Y como solemos hacer de un tiempo a esta parte, terminamos con el recuerdo a una de las películas más influyentes de la historia del cine. En esta ocasión nos centraremos en un magistral drama romántico sobre el alcoholismo: “Días de vino y rosas”.

DÍAS DE VINO Y ROSAS

“Días de vino y rosas” fue un intenso drama dirigido por Blake Edwards en 1.962. En él se trataba el doloroso tema de la adicción a la bebida, abordando el caso de una joven pareja que, pudiendo disfrutar de un futuro halagüeño, sucumbe a la tentación de la botella. Aquí no había tiempo para perderse en juicios de valor, ya que el objetivo estaba en reflejar lo más fielmente posible la cruda realidad de unos hechos.

Además de el gran Blake Edwards detrás de las cámaras -que por una vez abandonó el género de la comedia-, “Días de vino y rosas” contó con la impagable presencia de Jack Lemmon y Lee Remick, una pareja actores en verdadero estado de gracia, que dieron una auténtica lección de arte interpretativo y, de paso, acabaron cosechando todo tipo de premios y elogios.

Pocas películas en la historia del cine han abordado con mayor lucidez el tema del alcoholismo -y mira que las ha habido- pero ninguna de ellas como “Días de vino y rosas”. El borde del abismo, el futuro hipotecado, la desgracia para zafarse de unas garras y, sobre todo, la extraordinaria dificultad para reconocer lo que en verdad uno es, quedaron de manifiesto en esta producción con 5 nominaciones a los Oscar.

Mención aparte merece su extraordinaria banda sonora, compuesta por Henry Mancini y ganadora en 1.962 del Oscar a la Mejor canción. Un portento de acompañamiento musical.

Por cierto, el título de la película se toma de los versos de un poema del autor inglés Ernest Dowson, que recita la protagonista, Lee Remick, de forma premonitoria diciendo: “Recoged las rosas mientras podáis: largos no son los días de vino y rosas. De un nebuloso sueño surge nuestro sendero, que se pierde en otro sendero”.

Una historia de amor y autodestrucción realmente dura. Quizá, junto a “Días sin huella”, del gran Billy Wilder, las dos mejores películas que han tocado el tema del alcoholismo. Sí, ya sé que “Leaving Las Vegas”, de Mike Figgis, con Nicolas Cage y Elisabeth Shue, también es una estupenda cinta, pero los clásicos siguen siendo los maestros.