JUEVES 5 MARZO
Cinema Jaén 2.0, Edición De Luxe, con Luis Moreno
Con nuestro reto cinéfilo y toda la cartelera
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El primer estreno de la semana pasada fue un thriller en el que un sociópata descubre la forma de hacerse invisible y maltrata a su exnovia: “El hombre invisible”.
EL HOMBRE INVISIBLE
Nueva adaptación de la clásica novela de H.G. Wells, sólo que esta vez el científico en cuestión se confecciona un trajecito para amargarle la vida a su compañera. Lo primero que conviene decir para los cinéfilos clásicos es que no supera, ni de lejos, a la producción de la Universal dirigida por el gran James Whale en año 33. Ahora bien, una vez dicho esto, también conviene saber que estamos ante una película bien escrita y mejor filmada, con grandes interpretaciones y con una intriga que, felizmente, decide apostar por la tensión psicológica en lugar de los facilones FX y los consabidos sobresaltos, tan de moda en el cine de género de hoy en día. Este “Hombre invisible”, además, juega la oportuna baza de la violencia de género y se vale de ello para colocarnos un mensaje políticamente correcto que le viene como anillo al dedo. Superar al maestro Whale era misión casi imposible, pero al menos la intentona tiene personalidad y no causa sonrojo.
Un capo de la droga, con un marcado estilo británico, quiere jubilarse e intenta vender su imperio a una dinastía de multimillonarios procedentes de EE.UU.: “The Gentlemen: Los señores de la mafia”.
THE GENTLEMEN: LOS SEÑORES DE LA MAFIA
Desde que el 2.000 Guy Ritchie estrenase “Snatch. Cerdos y diamantes”, su carrera no puede decirse que haya sido un dechado de virtudes cinematográficas. Ahora, pasados 20 años de aquella obra inicial, ha vuelto a los orígenes, a lo que realmente domina y sabe hacer como pocos. Esto es: pergeñar intrigas con toques de humor irónico, ritmo trepidante, música muy bien seleccionada y, sobre todo, una manera de narración entrecortada con continuos saltos en el tiempo. De esta forma, “The Gentlemen: Los señores de la mafia” se convierte en una función atractiva, con momentos ingeniosos y con una extraordinaria puesta en escena. Además, su plantel de actores, encabezados por Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Hugh Grant y Colin Farrell, ayudan sobremanera a mantener el interés de la película. En definitiva, Ritchie recupera la forma que nunca debió perder.
Otra película, aparecida hace una par de semanas, pero interesante para comentar, es una aventura que adapta una de célebre novela de Jack London: “La llamada de lo salvaje”.
LA LLAMADA DE LO SALVAJE
En efecto, estamos ante una nueva adaptación del clásico de la literatura de Jack London en las frías tierras de Alaska durante la fiebre del oro. La película mezcla la acción real con la animación de animales por ordenador, y el resultado es una función amable, con muchos tópicos, donde lo que realmente se agradece es la fotografía de impresionantes lugares del Yukón en Alaska. El bueno de Harrison Ford hace lo que puede para sostener la película sin que el perrito de turno le reste protagonismo, en una clara muestra de cine familiar a mayor gloria del ecologismo de lo políticamente correcto. Son 100 minutos de cine palomitero con una gran virtud: tanto los niños como los adultos no se aburren.
Un drama sureño biográfico, donde se cuenta la historia de Harriet Tubman, una abolicionista que liberó a numerosos esclavos: “Harriet: En busca de la libertad”.
HARRIET: EN BUSCA DE LA LIBERTAD
Corría el año 1.849 cuando Harriet Tubman, una mujer esclava, consiguió escapar y decidió ayudar a muchos de sus congéneres. La película se centra en esta figura emblemática y lo hace con una estupenda producción donde, sobre todas las cosas, destaca Cynthia Erivo, una joven actriz que obtuvo nominaciones en certámenes tan importantes como los Oscars, los Globo de Oro o los premios Satélite. La dirección corre a cargo de Kasi Lemmons, una mujer que hasta ahora no se había puesto al frente de grandes producciones hollywoodienses. La crítica especializada se ha dividido en su valoración, porque mientras unos hablan de función “decepcionante”, otros la califican de “meritoria”. Yo, particularmente, tengo ganas de verla.