Cajeros y otros espacios, alternativas para los temporeros ante ausencia de plazas en albergues de Jaén

Los albergues de la provincia aún no han abierto sus puertas ante el inicio de la campaña de recogida de aceituna. Sin embargo, ya son muchas las personas que acuden a Jaén en busca de un tajo. Ese aspecto no es el más complejo, sino el de encontrar un lugar donde dormir en las frías noches de invierno. 

Para facilitar su llegada a Jaén, Cáritas pone cada año en marcha un servicio especial de atención al temporero, conformado por jóvenes voluntarios que ya salen cada noche para ofrecer mantas, café y algo que comer. Javier del Castillo, Elena Martínez o Jesús Gámez son algunos de los jóvenes jiennenses que dan ese paso adelante para salir a las calles a partir de las 20 horas de cada días, olvidándose de su tiempo de ocio y vida personal, para tender la mano a aquellas personas que más lo puedan necesitar.

Comienzan su labor asistiendo al Hogar de Santa Clara, donde recogen chocolate, café, algo de comida y mantas para su posterior atención. Así, inician una larga noche, que tiene como punto de partida la estación de autobuses de Jaén. Allí se encuentran con otros voluntarios para distribuir sus funciones y los alimentos que son portados en sus mochilas.

Las primeras atenciones son inmediatas, pues en los alrededores de la estación de autobuses, hallamos a los primeros jornaleros que acaban de llegar a Jaén. Ahora, ya a las 21 horas, buscan un sitio para dormir, y es el albergue de Jaén no cuenta con plazas suficientes en ese preciso instante. Tampoco el centro Buena Madre; la demanda es máxima y apenas acaba de arrancar la campaña de recogida de aceituna.

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Los jóvenes voluntarios de Cáritas, desesperados por esta situación, únicamente pueden ofrecer un café caliente y unas galletas, así como un par de mantas para hacer más llevadera la noche. Ante tal tesitura, invitan a los temporeros a buscar algún cajero para dormir, o bien, un rincón en alguna calle de la capital que esté cubierto y los pueda proteger del frío y de la crudeza de la noche.

Así fue la noche 

Son muchas las atenciones a lo largo de la noche. Ahora, con la campaña recién comenzada, los voluntarios pueden atender a una veintena de personas. Sin embargo, esas cifras se convierten en espeluznantes al alcanzar el punto álgido de la campaña, en pleno invierno, donde más de 30 personas se quedan sin un techo para dormir y protegerse de las gélidas temperaturas de Jaén.

Infinidad de dificultades a la hora de atender a una persona, tales como el idioma o el miedo de los propios inmigrantes que se encuentran una situación desesperada a su corta edad. Los mismos explican que el albergue sólo ofrece tres días de atención en sus instalaciones, y tras ello deben buscar otras opciones para sobrevivir. Ante ello, desde Cáritas Diocesana de Jaén piden a las administraciones más atención y posibilidades para estas personas que deben enfrentarse a meses de máxima dificultad en las calles de Jaén y su provincia.