La Garganta, un claro ejemplo de desarrollo sostenible

Actualmente vivimos un turismo casi desenfrenado en el que parece que todo vale, sobre todo si es barato, rápido y además diferente. Y, aunque cada vez más empresas se están haciendo eco de los problemas medioambientales que acarrean el turismo no respetuoso, pocas consiguen realmente integrar en su modelo de negocio las pautas necesarias para crear conciencia y establecer rutinas entre empleados y visitantes.

En pleno paraje natural Desfiladero de los Gaitanes, nos encontramos con La Garganta, un complejo turístico en el corazón de El Chorro, a los pies del famoso Caminito del Rey. La Garganta se alza sobre una antigua fábrica de harina que se ha ido reformando poco a poco a base de elementos reciclados, con ladrillos que superan los 70 años, y materiales de otras edificaciones, como arcos con ladrillo de enclavamiento o antiguos sillares de la propia estación de El Chorro.

Es la familia García la que regenta la propiedad desde hace más de 50 años y la que está llevando a cabo todo un proyecto medioambiental respetuoso con el entorno que le rodea. Uno de los factores más importantes y lo que realmente los identifica en cuestiones de sostenibilidad y cuidados del medio ambiente, es que educan y preparan al personal sobre la importancia de cuidar su lugar de trabajo y sus alrededores.

Reducir, reutilizar y reciclar

Reducir comprando productos locales y adaptando la carta a la temporada. Reutilizar el mobiliario que se queda antiguo integrándolos como parte de la decoración. Reciclar y clasificar cartón, papel, plástico, cristal y aceite. Estas son algunas de las medidas que se llevan a cabo en La Garganta por parte de todo el equipo. “Comprender los riesgos actuales en materia medioambiental ha sido nuestra mejor manera de crear conciencia y establecer rutinas, de manera que esas acciones sostenibles no supongan un trabajo extra sino más bien parte del trabajo del día a día”, afirma Fernando García, director del complejo.

El hotel cuenta con amenities de envase biodegradable y todos sus jardines están sembrados con plantas autóctonas o de un bajo consumo de agua. Por su parte, el restaurante uso productos de limpieza con el sello ecolabell y recientemente han implantado un cortafuegos alrededor del establecimiento que permita una pronta reacción ante un posible incendio o vertido, sin causar daños mayores al paraje natural.