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Inversión y coleccionismo: el ‘boom’ de las monedas bullion
Reunir monedas de oro, plata y otros metales preciosos se ha vuelto algo más que un simple hobby: los bullion son una alternativa para reforzar los ahorros
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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Las bondades de la inversión en los metales preciosos no pillan a nadie de nuevas. Desde siempre, se han utilizado para proteger los ahorros y el patrimonio de las familias de todo el mundo. Lo que sí ha cambiado es el método de adquirirlas: si bien se sigue confiando en los lingotes o, en su defecto, las joyas, lo que está triunfando últimamente son las monedas bullion, un tipo de producto que aúna lo mejor del coleccionismo y la inversión.
Las monedas bullion no son un invento reciente. Desde siempre, las monedas han sido acuñadas con metales preciosos, hasta que los gobiernos decidieron cambiar el material con el que se fabricaban por otros más baratos. El oro y la plata fueron sustituidos por el cobre, el estaño, aluminio o el zinc… hasta que en el siglo pasado se recuperaron, pero no como objeto de cambio, sino de inversión.
La primera de todas en lanzarse fue el Soberano británico, diseñada por el reconocido grabador italiano Benedetto Pistrucci y que sigue fabricándose. Fue allá por 1817, aunque originalmente se acuñó como moneda de circulación, motivo por el cual la pureza del oro es de .9167. Más de un siglo después, y en un contexto donde el país tenía sobreproducción de oro, nació en Sudáfrica la Krugerrand, la primera moneda acuñada motivada únicamente como inversión. En aquella época, Estados Unidos, la mayor potencia económica del mundo, prohibió por ley la compra de lingotes de oro, de ahí que esta moneda se hiciera tan popular entre aquellos que querían refugiarse en el valor refugio del metal precioso.
El bullion sudafricano fue un precedente en 1967 y su éxito lo quisieron copiar posteriormente muchos países del resto del planeta, como Canadá, que lanzó en 1979 la primera moneda de oro de pureza .9999. “Los países de habla anglosajona fueron los primeros en ver esa oportunidad de mercado. Cada uno exporta, acuñadas en monedas de diferentes metales preciosos, un símbolo de su nación, una manera de diferenciarse del resto y presumir de lo que les identifica”, explica Javier López, CEO de SilverGold Patrimonio, empresa líder en la compraventa de metales preciosos de inversión.
Canadá eligió la hoja de arce, China al panda, Estados Unidos al águila, Austria a la filarmónica de Viena y Australia, al koala y al canguro, por poner varios ejemplos de los pioneros y los que más repercusión tienen en la actualidad. “Incluso países pequeños se han animado a sacar al mercado sus propias monedas en colaboración con las refinerías, lo que significa que los bullion han venido para quedarse”, cuenta López.
Una solución para la incertidumbre de los mercados
Actualmente es posible encontrar bullion de todo tipo de metales preciosos, tamaños y temáticas. “En nuestra tienda online tenemos en catálogo monedas muy diferentes: desde Los Vengadores de Marvel, Los Simpsons o Star Wars pasando por la prehistoria o el Año del Dragón. No solo estás adquiriendo una cartera de un producto indispensable para tu futuro, como objetos de decoración son increíbles”, detalla.
La demanda del oro como herramienta de inversión ha llegado a sus máximos históricos. En el primer semestre de 2024, los bancos centrales de todo el mundo alcanzaron la cifra récord de 483 toneladas de oro, según el World Gold Council, lo que supone un aumento interanual del 6%. Esto hace evidente que la popularidad de los metales preciosos está in crescendo y que una alternativa excepcional a los clásicos lingotes son esas monedas que tienen diseños y pueden exponerse como si se tratasen de obras de arte.
“Generalmente, un bullion es más barato que un lingote porque el diseño y la edición encarecen el precio base. Para una persona que quiera simplemente invertir el lingote podría ser mejor, pero el coleccionismo es una forma más versátil y divertida de construir un patrimonio inteligente de metales preciosos”, relata el CEO de SilverGold Patrimonio.
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España también se ha sumado a esta moda. Aunque un poco tarde en comparación a otros países europeos, en diciembre de 2021 lanzó su primer bullion, el Lince Ibérico, de 1 onza de oro. Posteriormente llegaron el Toro y el Caballo Cartujano, una colección que trata de sacar a relucir las grandes bellezas de la fauna española. “Hay que diferenciar lo que es numismática, que son monedas cuyo valor es histórico; de los bullion, que su valor procede del metal con el que ha sido acuñado”, advierte López, cuya empresa ha vivido en primera persona ese aumento de la demanda y el ‘boom’ de los bullion.
Si eres un fanático del coleccionismo en todas sus vertientes y estás pensando en añadir a tu cartera de inversiones los metales preciosos, los bullion se presentan como una oportunidad excelente para tu futuro… ¡y para la decoración de tu hogar!