Manuela Leal, la única patrona del Golfo de Cádiz: "La conciliación familiar y la mar son muy complicadas"

Hoy la lluvia ha dejado el barco “Rosario” atracado en el puerto. Como a tantos otros. Solo que el barco “Rosario” no es como ningún otro. Es el único barco del Golfo de Cádiz que capitanea una mujer.

Se llama Manuela Leal, y muy a su pesar hoy nos atiende en tierra. Y digo muy a su pesar, porque donde ella realmente disfruta es en la mar. Esa mar que a veces es tan traicionera.

Aquella niña que quería salir a pescar

Cuando tenía siete años, le dijo a su padre: “Yo quiero ir contigo a pescar”. Y desde entonces, la mar es su vida. Porque ella viene de familia de pescadores. Su padre y su abuelo eran hombres curtidos en la mar. Y ella es la única mujer de la familia que ha seguido sus pasos.

Han pasado varias décadas desde que aquella niña se enamoró de un medio tantas veces inhóspito. Ahora, preside la Cofradía de Pescadores de Conil, la más antigua de Andalucía. Es la primera mujer en hacerlo.

Cada día (bueno, cada noche para ser más exactos), sale de casa y se dirige al Puerto de Conil. Allí la esperan su barco “Rosario” y dos marineros. Es la 1 de la madrugada. Las aguas del Golfo de Cádiz se abren entonces ante el "Rosario". Ante Manuela y sus hombres.

Todo lo que pase en el barco es responsabilidad suya: “Tengo que ver dónde colocar la proa según las mareas. Y a partir de ahí decidimos hacia dónde ir”. Por delante, les espera una jornada de 12 horas: "Esa es nuesrra rutina diaria".

Pionera en la mar

Manuela es gaditana. Aunque es la única mujer que sale a faenar en el Golfo de Cádiz, para ella su trabajo es como cualquier otro, aunque reconoce que “Mujeres armadoras sí que hay. Son mujeres que llevan el papeleo de los barcos de sus maridos.” Pero lo de salir a faenar ya es otra historia.

A sus cuarenta y un años, Manuela no ha formado una familia. “No tendría con quien dejar a los niños cuando salgo a faenar”. Se trata de elegir. Y reconoce que la conciliación familiar es complicada con sus horarios y su trabajo.

Manuela mira al horizonte. Parece que mañana no da agua. Si es así, podrán volver a faenar en el Golfo de Cádiz. Una noche más. Como tantas otras.

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